ar
nto que una cuerda me jala a su lado, Sam es tan atractivo que así sea mi hermano
amiento cuando un silbido que cono
es él. Tres años sin verlo y no
a Sam de la mano
estros primos gemelos, tres años menores que Sam. Se fueron a España con sus padres, por un m
aja bragas, como diría Patricia y sus ojos azules como los de Tía Greta, es fácil distinguirlos, po
te abrazo, mis pies quedan en el aire. Por qu
mujercita -musitó dejándome en suel
o rápido sujeta mi muñeca y me coloca a su lado, todos los músculos d
ronó Sam, con
? Es Bryan n
re, pasando por alto el saludo poco amigable de Sam. Y, le
su agarré, sus ojos me ven con severidad.
o llamaron para decirnos? -Sé que estoy haciendo
arcajada, mostrando sus d
a familia los hombres Cruz, s
orque fuese Maikol y no, yo -me reprocha y hace
esuró
se Maikol, eso me lo guardo para mí. Hace muc
ntiene en
quisieron alejarme de él. Y, todo lo que pasó por años, aun así, d
iamante y mis padres en la casa de la playa. Preparando un almuerzo para todos -responde mirando a Sam, en todo ese tie
riendo entrar en la convención que de
o sabrás - suelta
e int
ada, me agarra de la mano de nuevo, pero esta vez con su
mejilla y lo observó caminar
, no aparta la mirada del coche de Bryan hasta que se va,
murmuró, y todo su cuer
me toma desprevenida en un fuerte abrazo. Mi car
staremos bi
che, miro por la ventanilla y distingo a Patricia con las demás c
Patri. Alega que no es lo que aparenta, pero nunca
lo y paso las manos por su cabello, esto lo puso de mal humor. Sus ojos miel me ven fijamente y
man una revoluci
deja un beso
acerco a él, rápidamente y dejó un pico en sus labios; no me lo devuelve, ni t
a que después de una larga charla
te recojo a las diez
y lo veo irse a toda
s de una hora babear por Samuel. Ruedo los o
vez en cuando, al estar dormido su amigo está muy, pero muy alegre y él, lo toma entre su man
ega la hora de la salida, me despido de Patri y me
am
de mi jodida cabezota, ese pequeño pico
abios, aunque allá ha sido tan efímer
espina, joder... Nada bueno se debe traer entre manos las escorias de Manuel y Greta, al llegar la ve
e levanta alegre y sube dejánd
por ver a Maikol -me
, ig
e ver a Bryan, menos lo estarás de ver su
da se sube un poco, dejando ver sus gru
ana, soy un enfermo. Acerco mi mano se la bajo
, S
e me tomó por sorpresa y no me gustó como te
re carcajadas-, ves cosas donde n
sé mu
y ando como un puto perver
•
esde la sala. Terminó de colocarme m
cuchó bajar
e, su vestido es pegado al cuerpo hasta la mitad de los muslos, de color rojo y de tirantes finos, cerrado adelante con la parte de at
su olor me nubla todos los sentidos, mis de
uelta un pequeño jadeo, que me nubla toda la cordura y ya no sé lo que hago, busco sus hermos
espués y, en este momen
la beso de una mane
pletament