so, Héctor había olvidado dejar
a manera comenzó a sentir algo muy extraño a su alrededor. Su cuer
que parecía ser una bola de carne, se encontraba retorciéndose y encogiéndose desesperado. Sus lágrimas caían y se veía lleno de impotenci
uerpo ardía y rogaba por más mientras más violento era su victimario. Odiaba y amaba esa sensaci
tía, Héctor era más despiadado, era como si quisiera comerlo hasta el últim
alidad. Terminaron tan inmersos en todo ese deseo, que
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ia. Se encontraba muy desorientado, su abuelo muy preocupado y ha
cto
mayoría del tiempo, en ese momento lo observaba con una mirada co
ía un dolor terrible en todo el cuerpo, era como si cada músculo se
e que había sucedido. Sin embargo, lo que le heló la sangre, fue el ver que el científico
ista de calor o afecto, de un segundo a otro
sangre, orina, saliva e incluso a hacerle
y registrando sus avances. Varios días pasaron y debido a su debilidad Héctor no preguntó o re
on la edad de quince años, a diferencia de otros sujetos qu
ón directa con las ferom
O-103 en el primer celo de este, lo cual provocó un rechazo violento por part
statar la aparición de glándulas salivales "especiales" las cuales
y agresiva, por lo que probablemente el sujeto O-10
útero del sujeto O-103. Aún no se determina los estragos de
ando a entender el horror que le estaba sucediendo
arazo
esadilla de la que quería
despertado, no importaba cuanto había escuchado o despertado, simplemente no podía procesarlo
nemos problem
la puerta se quedó entre abierta, por lo que Héctor pu
acilidad, sin embargo... In
ien se trataba, pero, en el fondo un sentido de urgencia y terror lo invadió. Ni siquiera supo có
mano en la boca del chico tratando desesperadamente de detenerlo. La mirada del c
o, que sus lágrimas empáticas cayeron sin darse cuenta. Casi com
able que todo estaría bien que
r qué, debí
ó el ceño, pero se negó a retirarse, el sitio se volvió tan desagradable, que varios de l
do, y sorprendido regresó la mirada al chic
te agotado, miró a Héctor de una man
có con cuidado
observó en silencio. Sin embargo, las pala
ldito conejil