ital, Camila Haynes se estaba
mera noche de
mara su turno de la noche, y ella se fu
bata de laboratorio y sonrió con amargura. De to
antes de que Camila pudiera mirar qué estaba pasando, escuchó el clic del int
tembló y se le pusier
ién es
n un fuerte ruido, las cosas que estaban sobre esta cayeron al suelo. Camila pudo sentir la friald
ad, ella apenas pudo distinguir el rostro del hombre, aunq
los sentidos de Camila, y al instante,
iones tan aterradoras y estresantes como esa, de modo que levantó sutilmente la pierna para intentar patear al hombre que
aquí!", gritó una
os acercándose a donde ellos estaban; par
mbre de repente bajó la cabeza y pres
del fuerte beso y empujó al hombre. Afortunadamente,
a, ella era incapaz de enten
ose, apretó los dientes y envolvió el cuello del hombre con sus brazos
n voz temblorosa: "
nto. Su cálido aliento le rozó contra el oído a Camila, y con vo
dió mal. Es decir, Camila
más fuerte que pudo, imitando los sonido
quedó atónito por lo fascin
también se quedaron atur
pareja besándose! No puedo cree
e movió su cuerpo de inmediato en un intento de bloquear la vista de esos ojos curiosos que ac
alherido. y no tendría la fuerza para hacer
esta es muy buena haci
no podemos encontrar a
sus agresores se habían ido. No obstante, descubrió que no podía alejarse d
lejarlo, pero justo cuando sus palmas presionaron con
do controlada por otros
por su codicia, la había oblig
l patriarca de esa familia, y como cosa del destin
pero su astuto padre sabía que si pedía dinero a los Johnston, no sería lo mejor porque estos ya no les esta
or fin establecería una co
estos, ellos de seguro ob
e el lujo de rechazar la propuesta, o correría
io, por lo que le pidió a Camila que nunca le dijera a nadie que era su esposa
sentó en la celebración de su unión a pesar de
asó sola la velada, con su
umillada! ¡Y de ningu
e, pero los sentimientos de rebelión rep
pena, ¡por lo que decidi
lla le terminó dando su
la mejilla y prometió en voz baja y ronca: "Vo
tiempo, pues el hombre le había dado duro,
onido de su celular
el otro extremo de la línea: "¡Doctora Hay
respondió con calma: "Est
se quedó mirando at
jeron que aquello no era un sueño; de veras sucedió, ella tuvo rel
rebelde que ella ha
sunto, pues un paciente la necesitaba, y apretando los dient
finalmente regresó a la sala de servicio, descubrió
s horas atrás, no pudo evitar pasarse los
Haynes", le dijo Debora Griffith, una colega s
Camila respond
entonces fue que Debora notó el desorden en la sala, y levan
Camila explicó: "Me tropecé y tiré las cosas de la mes
era extraña, no le importó, y encogiéndose de hombros
en la puerta el director del hospital
urno anoche, Debora Griff
e Debora en su bata de laboratorio.
ntó la vist
nde v
del hospital, por otro lado, no estaba muy contento con la vacilación de la muj