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seriedad todo el asunto, me estaba viendo en las condiciones que estaba y seguía co
s la paciencia o lo poco que me qued
se te baje el mal ge
iaste, no encontré ninguna de las respuestas a lo que te he preguntado y lo que necesito sabe
obvio que ayer estuve fuera de mis cabales, por eso no me acordaba de cuanto h
es el colmo – Bufó Daniel – Tantas veces que hemos venido y preguntas eso, y n
que ingerí, por la depresión que traía encima, pero eso no era motivo para qu
ento con Hanna desnuda a mi lado, sin saber ni quién demonios era ella
esta del carnaval, se acercó a nosotros para darnos unas máscaras, adornos, confeti
staba con Hanna y con su amiga a mi lado, pero eso no me decía nada, ni una pista, ni una respuesta, ni nada contundente que expl
recuerdes, a lo mejor en algún punto de lo que digas
ntosa, no saber ni cómo me llamaba, respiré profundo, esperando
ndo llegaron esos los del matrimonio colectivo – Explicaba Daniel – Para ese momento tú, ya estabas dem
ue fuera mi testigo en una boda como esa. Me llevé los dedos a la cabeza, tratando de hacer memor
oto el corazón todavía, por la traición, el engaño y la burla de la que fui víctima con la infeliz de Vivianne – Di
poco de Hanna, preguntándote que, si estabas seguro o no, pero tú necio que sí y que sí y que
nte, ya lo hubiera ahorcado, eso no se valía, él estaba más consiente que yo el día de ayer, él era el q
yarme en esa estúpida locura. Ahora ¿Qué voy a hacer? Ella resultó también s
me vas a decir que no te gustó Hanna, si anoche decías que, al diablo con las rubias, que esa morena era la mujer
pable de que hubiera casado en Las Vegas, mejor me hubiera ido a Ha
os – Lo peor, no es lo de la boda, lo peor es lo que pasó despu
no había un bebé en camino, pues me parecía demasiado rápido para que pensara que estaba embarazada, eso se podía ver días después, no ahor
además gracias a tu matrimonio, yo podré seguir viendo
con una desconocida de la que solo sabía que se llamaba Hanna y que estaba muy guapa y nada más. No me imagino lo que me van a