así, no me juzgarían los demás, cada cliente no recordaría esa mancha. Mi humillación. Cada vez que
como hablaron de mí por semanas. Fue un escándalo
importantes. La agenda dicta que debe quedarse hast
¿Te refieres a los extranjer
e encogió de hombr
isticada por lo general me ponía muy nerviosa. Todo debía salir exactamente perfe
de los millonarios principales de su país. No se conocía mucho sobre él, era un hombre de perfil baj
Jamás hubiera esperado a un hombre de semejante porte. Tenía los ojos almendrados y el cabello oscuro, parecía sacado de una revista de famosos. Su físico estaba trabajado, sus músculos se a
una sonrisa. Por lo cual, intuí que so
-saludé con frialdad, para
ue construí con tanto esfuerzo. Me había jurado a mí misma que no volvería a confiar en ningún hombre, era una promesa qu
ue poseía. Cuando escogió uno al fin, pagó y se quedó mirándome fijamente. Eso no tenía sentid
. -dijo, con palabras algo toscas. Entr
u amante. Era la etapa más dura de mi vida y ni siquiera podía tener un gramo de privacidad. Mi duel
ndome con su mirada. Parecía ver más
paloma asustada. Subí la cabeza y respiré profundo. -Usted ya adquirió
o. ¿Cómo se le ocurría mencionar mi
inero del juicio. Allí descansaba del trabajo y montaba a caballo, era de mis
-preguntó, como si
ceño al
testé a secas, retirándo
los sanitarios. Tenía que observarlo, para ver el momento en el cual se d
puedo responder ahora. -dijo,
la vista hacia atrás. Me pareció un poco raro que tuviera es
hie, al estar preparando mis c
eguntó ella, desconcer
do. -dije, liberando eso que tenía en el pecho.
que podía pasar horas relajándome. Mi jardinero me ayudaba con todo lo que se necesitaba. Thomas se había vue
l juicio. Ella dijo tantas veces que mi marido me había abandonado por descuidada, por dejar mi belleza de l
isma que eso me hizo dar un paso más adelante. Yo no quería que Luci
de el juicio y había
acionamiento al cual siempre
cio, intentando
ás delgado y agudo. Estaba desmejorado, como si le hubieran pasado diez años. Di
uiéndome hasta mi auto. -No hemo
total. Malentendido, si, como no. Si él quería vivi
o, con una sinceridad aplastante. Me miró
pecho, cada instante que vivimos juntos, la comodidad de nuestro hogar, la manera en qu
ra una crue
, volverás a ser humillada. Era mi mantra, no dejar entrar a nadie a mi vida para no ser traicionada de nuevo. ¿Acaso quería vol
antes de que pudiera subir a m
La vida en el matrimonio había sido maravillosa para mí y por esa razón, el golpe de la soledad era tan duro pa
rando la puerta y arrancando rápidamente