... Ya que lejos de ser un sentimiento agradable se convierte en una carga, un sentimiento indeseado que no ha
andes ojos color chocolate y hermoso cabello rubio; Lucia había cautivado su corazón con su carisma, su agradable personalidad y su gr
bía caído encima, ¿Cómo podría intervenir en ese amor?, Cuando sabía perfectamente que Gabriel también estaba enamorado de ella. ¿Cómo podía jugar en contra del amor cuando el mismo sabía lo
pensamientos, clavando sus ojos verdes en ella quien estaba sentada junt
abía forma de mentir cuando no tenía ni la más mínima idea sobre
onocerte - y ahí estaba esa sonrisa traviesa por parte de Lucia, quien ya tenía todo un plan para emparejar a su amigo con alguna loca des
ba de comer su almuerzo, deseando huir lo
moso mundo que son las mujeres. Al menos puedes colaborar un poco ¿No? - inter
n conocer a ninguna de sus amigas -
ijaría en ti? - se burlo Gabriel, cosa que era común en él, esa
a tengo con quien salir este fin de semana. Tengo una c
ta? - interrogó
mentira fuera descubierta. Solo rogaba para que sus amigos n
ste?, ¿Cuando planeas presentarnosla?. ¿Es bonita?, ¿Cómo se llama?, ¡Tiene que ser una mujer impresionante p
a por los hombros - déjalo que hable... - clavó sus ojos en su amig
las cosas funcionarán. ¿Para que alborotar el avispero desde ahora?, Si ni siquiera hemos tenido u
compras, juntas al salón... Hacer muchas cosas de chica - sin duda L
cias - Gabriel puso los ojos en blanco - ¡Nunca se la prese
son insoportable... - saco una caja de cigarrill
untó Lucia, no le agradaba ver a su amig
an suspiro. Necesitaba un descanso de toda esa locura que era su vida; de esa relación de Gabriel y Lucia que t
pronto una voz femenina, quien lo saco de sus pensamientos, al p
era cierto. No lograba recordar la última vez que había visto a la mujer, solo recordaba que
tiempo, un año para ser exactos - re
y Lucia llevan juntos - acotó
garrillo si vamos a entrar
ueo una ceja, incrédulo de
rrillo o no? - preg
r se inclino hacía ella - ven... - señaló el cigarrillo que colocó entre sus labios. Ella lo dudo por un segundo antes de acercarse y encender su ciga
verdad necesitan un cigarrillo - respondo observando el
a veces que nos cruzamos - señaló
a Gabriel... Para que no fuera desagradable - expli
e esos dos - se atrevió a preguntar el hombre,
rió con nostalgia al recordar aquellos años de universidad cuando estaba locamente enamorada de Gabriel, ambos habían Sido compañeros en la univers
cuerpo enmarcado por esa falda de oficina, debía admitir que Amelie era una mujer hermosa. ¿Cómo no lo había notado nun
ra pensarlo. Los profundos ojos claros de ella se clavaron en él