ame s
que tiene
do hasta perderse en l
ieza por propinarle un fuert
er le dolió, y bastante, pero por intuición propia prefirió no quejarse, aguantars
metros de distancia de él, entrelazar las dos manos y mira
o y observaba hacia la calle desde el interior de su habitación; una c
in darle su dinero? Las dos posibilidades sonaban verdaderas y convincentes para ella. Ella era una mujer que solo buscaba a los hombres para secuestra
ropusieran matrimonio hasta el punto de decirle que podía hacerse ca
tro donde está la botella del vivo sumergida en un balde con hielo para que se mantenga fría. De repente, el
esponde la mujer mientra
castaño, ojos miel, y físico d
erlo y deja su copa de vino e
y se acerca a él dándole un
ía? - susurra el hombre mir
millones a mi cuenta bancaria - responde ella sonriendo mientras que se da me
e esta vez? - pr
lones de
la mujer se voltea y sonriend
a con ese dinero - dice la
por el estilo, debes agradecer este servicio que te estoy dando al
cupes, te pagaré muy bien, ahora, v
ano al hombre y se lo
siente incómodo durmiendo en una colchoneta de su tamaño con las manos y l
ara poder dormir mejor - dice Spencer
e tratar de escapar - responde Elía
brazos y mis piernas, me arden ya del dolor por estar
la cabeza afirmando el permi
os y los pies, y en ese instante, Spencer se estira
r lo que ahora se pone en posición fetal abrazándose así mismo y trata de conciliar
hattan, Kathia, la amante de Spencer, se encontraba en su sala bebiendo una copa de vino
apareciera en cualquier momento para meterse en su
e compromiso, Kathia era una mujer que en su primer encuentro con Spencer le había dejado las cosas bastante claras; no quería celos, no quería que fuer
no los leía, de hecho, aparecía que la última vez que revisaba su WhatsApp había sido a las diez de la mañana en punto, y a Kathia le parecía bastante e