ió encontrar a Vivian y Alice fuera, esperándome.
e inventar la excusa más loca para que Matheus y el supervisor nos creyeran y no denunciaran a su madre. A Matheus le dijimos que te sentías mal y
tabas? - Alice apro
La mentira fluye de mis labios. - H
ue te acostaste con un desconocido? - La boc
dolor de cabeza que apenas me dejaba pensar,
í de inmediato, mirando a los ojos
ce entornó los ojos. - M
ien, a salvo y cansada. Si no
de hombros. Alice tardó un poco más en c
blaremos mañana. Lo impor
nos fuimos a nues
erté tarde y pasé el resto del día sintiéndome mal por la resaca. También pensé en Luck durante gran parte del día. Mi primer y único sen
n aquel momento me sentí bien. Estaba borracho y probablemente no gestionaba bien mis emo
ba. Acabé desistiendo cuando recibí un mensaje de Madeleine diciendo que me daría un mes pa
bía motivo para armar un escándalo, y mucho menos para escucharlas decir que me habían avisado, como si fuera una niña. Me sentí un poco decepcionada y avergonzada por cómo había sido mi comportamiento. Mis amigos me conocían p
ón salir, ya que mi cerebro había empezado a asimilar que me habían dejado. Al parecer, Luck
razón por la que ac
mirada acabó perdiéndose en la pareja sentada en la mesa frente a mí. Una mujer rubia, de unos veinte años, elegante, se sonrojaba mientras susurraba algo aparentemente inocente a su novio. Se pasaba la mano por el pelo, el pulso del cuello acelerado, una pequeña capa de sudor cubría su frente mientras sonreía. Fue entonces cu
¿pero esto? Esto era inmoral y decadente, el establecimiento no estaba lleno y la familia con niños, demasiado distraída para ver
escena. Nada. Todo alrededor parecía funcionar perfectamente, la gente siendo atendida, el viejo movimiento de entrada y salida. Vale, nadie estaba mirando. Lo que no significaba q
ije mirándol
ón, retiró rápidamente la
e con firmeza. Siguiero
me está hablando', comentó
mpí, dándole la espalda y
mirándole, que me miró