ta de limpieza, ellos hubieran tomado otro rumbo. A todos les caía bien aquella guapísima chica. Ese fue una de los motivaciones para quedarse aunque se notaba que estaban esperando
oísmo, aprende a compartir, a
mbrado: Yo te digo que esa chica
partir y querer es repartirse
do decirles la verdad Gabito interviene: T
No seas así amigazo, yo llegué primero y e
nó: Novio no, amantes y pretend
Marlo. Para dejar el tema candente Luisito carcajeo al
rario al pensar en eso le vino una increíble basc
que desde un primer momento les hubiera dejado en claro quién era realmente aquella chica que cuidaLuisito y a Leo que le quedó atisbando un buen r
rmitir escuchar más términos insidi
azote, le besó todo su rostro y su cuello y le susurró algo al oído. Luego apareció Marlo
mbiando de asunto consultó: Mis estimados, ustedes no creen que los
rvenciones no se
n mucho que decirnos y por qué no a García no s
ejor las cosas que los charlatanes como ellos y que a lo mucho con un
adas exclusivamente a los ojos de Leo, ellos de una y otras maneras
osa, pues personas como él lo prim
comenzó a relatarles lo que sucedió cu
ntasía, pues la persona que
e de todo estaba en un lugar lejano. Era al sur de un país sudamericano. Para no hacerlo más larga que despedid
steros no dejaba de tener gotas de extrañeza a sus meticulosos amigos. No se explicaban la fantasía que traía insertado en la mente de García. El otro se encontraba en Madre de Dios luchando o tratan
algunos embrollos de aquella beldad respondía el nombre de Jessica. De apellido no ha habido y no contad
essica se encontraba vislumbrando desde la parte más alta de una roca que tenía forma de un caracol. Aquella no tenía ni la
amente abiertos. Sus labios hermosos entreabiertos, tan luego pronunciaban " es el fin". Pronunciaba luego nombres intelig
uchar por su supervivencia. No comprende aún como dio a parar ahí. Lo inconcuso de eso fue que aquel joven estaba chateando muy concentrado al lindante de aq
de quince metros. Pero cuando se prendió en esa roca, vio que a unos escasos centímetros
s distantes que en algún momento llegarían a conocerse. Y vaya de qué forma. Eran blancas a estas alturas y los giras
l Martín. Da igual todo si ahora estaban luchando
apenas duras por un tronco tan grueso que apenas podría abrazarlo. Los felinos seguían es
protegerse así, siguió subiendo. Tendría conversación imaginaria con Jessica mie
te. Con su espontaneidad particular Luisito inten
o su relato. Con el noble propósito de salvar su petición,
ncuentra más que ventanas. Sus amigos a pesar de todo veían que a qué hora recorda
en tiempo el palmito de García. Ellos quedaron estupefactos al ver eso
ál era el motivo de aquel aspecto terrorífico que mostraba. La
final de la historia, deja de portarte así,
ser un hombre inteligente para advertirlo mijo. Tan s
tonto por proponértelo y tú me acuerdo en dar