Night
il vibró insistentemente. Desvió brevemente su atención del asunto que estaba tratando y consultó el mensaje. Una foto mostra
ntrigante imagen y la presencia de Sebastian Blackwood -un nombre que resonaba en su mente- despertaron s
te de Lucius divagaba, preguntándose quién era aquella mujer y cuál era su relación con Sebastian Blackwood. Sen
estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para satisfacer su curiosidad y comprender la conexión entre ambos. Una nueva trama em
dad de la misteriosa mujer pelirroja que acompañaba a Sebastian Blackwood. Entrando en su imponente habitación privada,
pudo encontrar registros consistentes ni detalles concretos sobre la pelirroja. Era como si estuviera fuera del alcance de los
o tan conectado y vigilado. Esta mujer poseía un aura de misterio que desafiaba
piro con un pasado oscuro y oculto. Conocía los secretos que los seres sobrenaturales guardaban para p
rastro, cualquier pista que pudiera conducirle a la verdad sobre la mujer pelirroja. Su mente estratégica y sagaz
de Shadow Hills, dejando atrás su hogar envuelto en sombras. Su destino era Domino's Valle
las penas infligidas por la familia de Sebastian siglos atrás aún resonaba en su mente inmortal. Ahora, con un
se ocultaba en las sombras. Era como si los agudos sentidos del vampiro lo guiaran a través de un laberinto de información, buscando desentrañar los misterios que rodeaban a aquella mujer sencilla
cercaba cada vez más al corazón del misterio. Las piezas del rompecabezas empezaban a encajar poco a poco, avivando la llama
irigía al piso de Lira Clark. Ahora conocía su nombre y
trias Blackwood. A través de ellos, obtuvo información sobre el reciente despido de Lira y su posterior recontratación como asistent
iló cuidadosamente cada movimiento de Sebastián y Lira, durante varios días, sin que nadie descubriera su presencia en aquella ciudad. Sabía que se
e la ciudad, Lucius planeaba su siguiente movimiento. Su sed de conoc
avés de la ventana, captando cada uno de sus movimientos. Una sensación de incomodidad le in
ndo en él un profundo deseo de estar en el lugar de Sebastián, siendo amado por Lira. Un peculiar malestar
e no podía hacerse realidad. Sabía que no era capaz de amar ni de ser amado como un humano. El destino
cuchando, luchando contra sus propios sentimientos contradictorios. Se preguntaba por qué Seba
su búsqueda de venganza. Se quedó inmóvil frente al edificio de Lira, dejand
ocurrido? Y antes de que pudiera actuar, Lira fue atropellada de repente por un coche mien
pálido, marcado por un corte en la frente, emanaba el aroma de la sangre más dulce que jamás había
so en su sed, reconocía la ironía de la situación. Lira era una pieza en su juego de venganza, y ahora
la dualidad de su ser. Detrás de su apariencia gélida y despiadada, empezaba a surgir una chispa de
os. Sabía que si decidía acercarse y alimentarse de la sangre de Lira, est
cuerpo de Lira sobre mi cama. Selena, mi leal compañera, se a
er, Lucio? ¿Por qué
respondiendo con una voz
mi venganz
re el cuerpo inmóvil de Lira. Le cogió la mano co
tan viejo como tú no se haya dado
estás h
s traído a casa, ¿verdad?" Odiaba est