le la pena nombrarlo. Es el que más
lgo con algunas amigas y otros conocidos. Entre charla y charla se me ocurrió pedirle a una de las chicas que invite a otras personas que conozca. Decidimos, entonces, cr
enta de que soy una persona muy
s, pero el grupo siempre estaba activo. Y aproximadamente a unos cinco días de crearlo, él y yo nos pasábamos escribiéndonos, sin importar el horario. Si él hablaba, yo conte
un éxito. Él vino en su moto y nos quedamos c
aba para encontrarme un mensaje de 'buenos días' y al ir a dormir recibía otro de 'buenas noches'. Admitiré que tener esa a
os dieciocho horas al día. Él me contaba cosas de su trabajo, yo del mío. Hablábamos de nuestras famili
creo que para entonces, el bichito del amor ya me había picado. Ellas también estaban con
ié un mensaje. Pregunté sin rodeos qué intenciones tenia conmigo. Afirmé que la forma en la que hablábamos
jo que yo le gustaba pero que no quería lastima
ero estaba cegada. Si había dicho que sí estaba inter
ntenciones serias con alguien y realmente solo busca una amistad, ¿cont
o patio. Así que todos nuestros conocidos nos piden el lugar cada vez que quieren hacer algun
odía quitar la vista de sus ojos. Sí. Siempre sigo el mismo patrón. La mirada d
vaba. Él hablaba cómodamente con las personas mayores, y con mi progenitor. Y eso captó mi atención. Los chicos qu
, me enviaba un mensaje de texto cada tanto. A
té a mi abuela que vivia al lado de mi casa. Entre mi abuela y yo eso era como una clase de clave. Solo l
ndo con mi abuela de costura, de tejidos, de cocina. ¿Qué c
pequeña. Él se acercó y sin rodeos me preguntó quién era el chico y que intenciones tenía conmigo. Le conté que nos
rque me consideraba una hija más. Debí haber obedecido. Es que simplemente no entendía como un
lidos nos juntaríamos a pasar el rato todos los lunes. Y mi chico venia en moto todos los lunes, viajando los cuarenta kilómetros que nos sep
unes y era día no laboral. Me desperté a las siete de la mañana y fui a hacer mandados. No tuve mejor idea que cocinar canelones para treinta personas. Mis habilidades culinarias son increíbles y quería que
Fue un almuerzo lleno
lamó aparte y me dijo qu
interesado en mí, de lo contrario no hubiese viajado cuarenta kilómet
ara eso tenía que s
icos miraban una película, preparé dos tortas para la merienda. Siem
horneaban me senté a descansar y me tomé un analgésico. Ignoré mi dolor porque lo atribuí a haber estado en movimiento todo el día. Entonces él dejó de mirar la película y sin previo aviso comenzó a lavar los pla
abía resfriado y mi doctora me recetó un medicamento que me producía como efecto secundario ansiedad y taquicardia.
a llorar. Y el primero a quien recurrí fue a él. Le conté todo lo que había pasado por mensaje. Inmediatamente él me llamó. No atendí su llamada porque no podía dejar de llorar, y se lo dije. P
que esta no sea una historia de amor. Pu
sido apaleada y no pude levantarme de la cama en t
chats de WhatsApp. Eran mis amigas avisándome que él estaba viniendo a mi casa. Justo ese día la chica que conté más arriba, la que padecía depresión, se estaba quedando en
tado eso como una mala
ieza por pieza. Hay detalles que omitiré porque simple
ser frecuentes. Para ese entonces un chico había comenzado a enviarme mensajes y a publicarme cosas en mi muro de Facebook. El chico era sumamente
saber quién era una de ellas? Mi amiga, la que padecía depresión. Él no había venido a v
x novia, la que nunca había podido superar. Y lo peor de todo es q
había estado utilizando para darle celos a su ex. Y no solo eso, sino q
rada en mi habitación solo me dedicaba a llorar. Y el cuerpo me dolía inte
ebía hacerle frente al desconsuelo y volver a
se fueron curando. Y lo
mismo tiempo es mi corazón, es tan grande y
espaldas, pero ya no me importaba. Yo sabía quién era y lo que era capaz de hacer. Lo interesante de esto es
on la cabeza gacha. Ese fue mi mayor triunfo. Al menos yo sabía que mi amor fue cien por cient