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Historia

Capítulo 4 La mascarada

Palabras:1286    |    Actualizado en: 19/09/2023

a de mi y mirándome como sé que que le gusta. Es como si hubiéramos vuelto a los ti

de Ivanov. Decido darle la medicina de los celos a Ian y

ventanas. Todo el suelo alfombrado en negro contrastando con el

úgubre como la mafia misma, un tanto gótico y erótico a la vez. Hay mujeres bailando en jaulas ambientadas con tubos de metal pa

o la palabra en mi mente -...peculiar y elegante

mafia rusa -explica indicándome el

vería a su

me da la vuelta para abrir conmigo el baile -

ro me refería a una par

co a poco los demás se unen a nuestra acción hasta que la

mi corazón -masculla mirando algo detrá

ncanta, Ivanov -conc

o es para nada u

hombre tan guapo no tenga

-me da un giro y vuelvo a

coqueteado en mi vida. No voy a emp

magino en alguna esquina intentando pasar desapercibido mientra

ción política -se va directo al tema -. Propongo que empecemos a colaborar en dos días. Usted desde la cámar

enemos al parar la música -. Tengo que reclamar la posición de m

men

necesito decir siquiera algo. Pero...aún tengo que jugar con Ian y de momen

ré su l

y bailes sensuales que provocan a mi marido, donde sea que esté escondido. Está claro que lo está pasando en grande cuando n

o sin alcohol y salir hasta una terraza donde ver las estr

quien es y me encantaría que Adhila estuviera aquí para ver su cara cuando apa

edar ahí, sol

dos sobre el muro de piedra antigua. Él se pone contra el marco de la puerta y me ob

a...Hace semanas que nadie me toca. He estado viéndote por un rato y tu aura oscura me recuerda a algui

se destape su identidad pero como no lo hace le prov

ue el olfato y me sonrío al oírlo mascullar algo en ruso. Me pongo con

ya estaban bajo la tela cuando sus labios se abren ligeramente y sus manos se vuelven puños ansiosos por apret

s y hagas tuyo mi placer. Mi cuerpo será un templo que dejaré que disfrutes y veneres y al final de todo estaremos en

llas se marcan de lo mucho que aprieta los dientes y a riesgo de que se vuelva en mi contra por los celos, me quito la ropa dejando por completo mi cuerpo desnudo. Le h

te para que otro

anzando a toda velocidad tomando mi mandíbula, girando mi rostro has

ombre que ya murió. Nunca más nadie me besará. Él me dejó y aho

otro lo que pida pero ni siquera Ian volverá a tener todo de mi porque me ha dejad

ica que ha picado el anzuelo y está d

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