e, Estad
das, había un lugar que despedía
anadería dirigida
an dentro de la panadería, que era algo a
boca a boca que la comida era buena y que era
o pequeño, tenía un
abía tres mesas en total para
a porque la mayoría de los clientes
un delantal alrededor de su cintura. Se acercó
oles de colores hermosos. Un olor dulc
ue su madre solía hace
na vez tuviera un hijo, harí
e llegó antes
James?-Avery giró la cabeza cuando e
í de pie, habiendo term
bilidad, ella era la única amiga en la que Avery co
l reloj y lu
es h
legó el momento de recog
ijo de cuatro
a termine, iré yo
, llamó a su amiga que estaba a pun
el
a cabeza fren
ndo su ropa-¿Ent
io cuenta de que llevaba
ápidamente se quitó el del
tra vez ¿Aún no sabes lo que me dij
ué
s tan atrevida q
ver
cuerdas vocales de un niño de c
abría hecho James cuando dijo eso, y una son
cuidad
n mamá-Se bur
ada raro en el c
chica que malagradecida ere
ndo su amiga dio una respues
sensación de que hoy volver
iera demasiado de James
lena era tan preciosa
a embarazada, y fue ella quien tomó su mano
desconocida. Sintiéndose afortunada de tenerla de nuevo, Avery envolvió
arta castella en el frigorífico y se
ció la extracción. El líquido del expreso se vertió en el vaso
, de repente le vino
ba los dulces y si
ación como dolor, como un café co
hacía que el corazón de
años, se prometió que nun
rompió fácilmente sim
a y hiciera lo que hicier
James durmiendo... Aunque estaba haciendo algo que no tenía nada que ver con él, lo pensó. No importaba lo
do me
o escapar de esta
ery, con expresión amarga, sirvió el concent
queña campana que c
unciaba que alguien
que ya e
eran James y Selena, rápidamente dejó su
que no era visible desde el pasillo. Avery apoyó su espal
que te escondes ahí. Es
silenciosamente a su lado
.
que había pasado bastante
un olor familiar
rfume de hombre. Fue entonces cuando Avery, que co
¡
Tan pronto como Avery vio a la person
obladas y ojos p
uy angulosa y hombros anchos en ambos lados. Sus rasgos faciales eran tan h
lloso rostro durante dos años, po
.
parpadearon mientr
a decir ni hacer nada. En ese
rte, deberías habe
fuerte y
nico e inmutable, el corazón de
ugar que nunca
.
eda encontrarlo por muy
Ojos tan negros y tranquilos como el profundo amanec
voz terribl
o, no tendríamos que
re vino
ba los dulces y si
ón como dolor, como el café con una
y rompe su prome
do, Damiá