e mi celular, quizás ha sido que la emoción de saber que viajaría a ver a mi abue
e quedaba al menos una hora y media para seguir durmiendo, y quise seguir haciéndolo, más no pude, en realidad, me
hormiguitas invisibles estuvieran caminando por debajo de mi espalda y me h
rse con agua fría, así hiciera un poco de calor, además de que también desde afuera podía es
México de hace dos años, el clima siempre ha sido así; caluroso, y lo mejor que pude hacer fue ponerme un sencillo short de jean que de largo me llegaba hasta un poco más
ctivo la alarma para que en cualquier momento cuando esta sonara, e
de la casa para acostarme en él a leer, fue que mi cuenta de que estaba lloviendo, pues los truenos que antes había escuchado, los
aba que está fuera a ser de esas tormentas que
nta de que me he quedado dormida en el sillón
vantaste muy temprano,
sta decir algo por qué realmente me
el desayuno, y de allí nos irem
más bien, mi madre es la que tiene que ayudarme a ponerme de pie, me agarró del brazo, y me ha dado e
mi madre no quería que yo terminara comprando comida en el aeropuerto, además de que tampoco quería mandarme al vu
de ubicación de mi vuelo, se despidió de mí, y luego, ella se quedó mirándome desaparecer por entre la multitud
a donde se hacen las azafatas para comenzar a hacer el abordaje del avión para cuando llegara el momento de hacerlo, dejo recostada mi mochila a un lado mío, en uno de
luego de conectarlos al celular, dejo que se reproduzca mi playlist de forma aleat
eran dos asientos compartidos, solo lo hizo porque ella sabía que me gustaba viajar cómoda, ella sabía que me gustaba viajar sin tener que es
on un bizcocho de chocolate, los recibí, los fui comiendo de merienda, mientras que seguía
sus chequeos de rutina que bien si no quiso perder su cita por nada del mundo por lo difícil que estaba siendo conseguir una, la entendí, no tuve quejas sobre ello, de hecho, hasta me ofrecí en irme en taxi desde el aeropuerto hasta su c
a alguien a recogerme, alguien que según ella yo conocí en su buen tie