Ro
agradables los cambios, es más, a veces so
os de los campos má
e este cam
accidente aéreo, se cayó el heli
unca tuvieron problemas entre ellos, se est
porque entendí que era la mejor manera de manejar, con conocimientos de c
o era pequeño, ella no soportaba nada que tuvie
odo, incluso a mi tene
sociedad y no tener que trasladarse durant
nsa, digna de las mansiones de cual
le pidió a mi padre
a está felizmente ca
la herencia de mi padre
mi medio hermano, de parte de ella, menos,
s y no me interesa verla, mi
en donde no te cruzas con nadie si no querés, en el lado sur vivíamos
ás de 15 habitaciones, 4 comedores, un salón i
as casi a diario, quería cenas en restaurantes, quer
casar, por lo que de s
udo, había enviudado joven
lejanamente, recuerdo a una bebé, pero casi no nos cruzabamos, precisamente por lo
aria en la capital y si bien volvía al campo todos los fines de semana,
estaba al cuidado de una tía suya, también en la capital, luego, la niña, estudió en Europa, no sé cuando volvió,
mi padre, que era el hombre cu
Mateo, que era como un tío
fue una
ue los dos eran hombres m
ejaba de pasa
ó y sólo recuperamos las cenizas de ambos y también las del conductor del
ue fue el
, con aires de superioridad, vestida con pantalones negros, ajustados y un sweter, también ne
en cuerpo, pero yo no estaba
ención de t
era inmensa, tanta que ofendía, parecía
rigió a los cajones, est
con la vista perdida y pe
nutos sin moverse, ha
pero me había dado cuenta que traía puestas unas botas de
bajo de mi boca, es decir que no llegaría al metro setenta, tampoco era baja, pero creí, cua
orita, soy Rodolf
do mi aspecto o pensan
rada, más bien lo adivino, porq
ler, la hija d
cunstancias en q
me contestó nada,
estaba parada y yo hacía media hora que
es el e
almente le importara la muerte de los dos hombres, que a mucho
, no tenía sentido hac
nada y a esta altura ya
nada, no digo la muerte de mi
es cayó mal a todos, aunque no hicieron ni un comentario, creo,
y cortado, con una cuch
ando se lo trajeron, nada de nada, com
e había sacad
a casa, debía vivir en capital o tal vez en el
e, con su comportamiento t
odar venir al
ser así, porque no la vi nun
empre me saludaban a mí, opté por no presentarla, ella parecía estar más allá del lugar
e la provincia, es que realmente y aunque no teníamos vínculos c
e se lla
mbraba, no por recordar el nombre de la
olítica, era obvio que lo tenía que conocer y también al gobernador, al que cono
resarios, más allá de ser cata
te a esa mujer que
endente y el goberna
ojos oscuros, se paró y pa
s Kelly Miller,
ñó en el s
que no creía que al gobernador le duela las muertes de mi padre y
rtir cierta actividad, no puedo decir que fueran amigos, pero si vecinos cercanos, aunque del límite del c
os movíamos en camioneta, e
dente, el helicóptero era un
no sin antes decirnos que es
guió la caravana en su propio auto, y
del entie
mbros, era pr
a ruta, parecía estar solo por
a vi desmoronarse, se nota qu
ombraba con cariño y ella parec
ra, ya la d
as y sin sentimientos ¡Es el padre!
cortesía, porque en realidad yo esperaba que ella se vaya
a mirada inmensamente clara, casi turqu
ecial, me pareció que hasta e
e colocó lo
pasar por
tré preg
ya me
e subió a su d
ocado, esa mujer es
debían
dó, aunque, después de todo,
jer
desp