encontró su cuerpo en ningún lado, por más que busqué incansablemente, recorrí cada parte de Mistermed,
es sin dormir, mirando por las calles a ver si algún día llega Venus, lo sé porque yo los veía mientras estaba sentado en mi habitación, haciendo lo mismo que ellos hacían, observando
e para sentir que no estoy consciente de nada al menos por unos instantes. Solo para borrarme a mí mismo de la existencia, para sen
hice suficiente por encontrar a Venus, pasamos meses en los que mis padres, los padres de Venus y muchos vecinos del mismo pueblo en Puente Celest buscábamos desesperadamente a Venus, yo por mi parte recorrí todos los bosques to
todos los días. Duele incluso cuando respiro. Justo ahora desearía ser humano, poder llorar hasta ya no sentir los ojos por la hinchazón y luego quedarme dormido, para así olvidar aunque sea un par de horas que Venus existió y desapareció,
Cómo se podría estar listo a la muerte? ¿Cómo se empieza a actu
i me hubiesen robad
cariño... Inestable, inesperada, e
dre... No soy nada sin Venus y n
de ese horrible momento y estamos aquí tu padre y yo
siempre saltaba para llegar hasta ella, ojala pudies
preciaba a Venus, quizá varios están por solo morbo, ¿Quién no quería a Venus?
cas de los arboles por todo el asfalto hasta que llegaban al aire, parecía que llovían hojas mu
padres de Venus dejando caer rosas al ataúd vacío de Venus junto con un rio de lágrimas que d
ue me quema el aire que respiro, que la vida no me es suficiente, que mis ojos no tienen las
. ─ Le pregunto a mi madre, ella fue más h
cesitan para avanzar
cons
esar. Al menos eso intentas hacerle saber a tu cerebro... El duelo tiene etapas difícil
─ agregue. ─La vida
estar tan cerca de una situación ajena. Poco a poco la multitud se iba reduciendo, luego de que la u
e le daban el pésame al señor Romeo Thomson y algunas maestras colegas de la señora
arles? ─ pregu
entí, con al
a mi madre. Yo asentí y me dirigí hasta los padres de Venus
lia me abrazo
ientras daba algunas
on...─ ella me
dime
o tocó mi homb
durante todos estos años a nuestr
ude hacer, lo haría
on a dejar caer
vida─ comenta la señora Amelia. ─, en es
ción, no es natural que los padres ent
onciliar el sueño, pero estaremos bien. ─comento la seño
el señor Romeo. Yo nunca me h
mi vida en el futuro, no veo algún posib
rimas hasta donde pude. ─todo
asa, ella así lo hubiese quer
, su risa, su cabello; tenerlos en frente me hace sentir que estoy muy cerca de ella. Mis pad
"Querida hija, estuviste muy poco, p
sa hijo? ─ pre
tengo mucho que decir
uto, hijo. ─ Ambos se
la frase estaba grabada en un color dorado, de
oral, si no por nuestra actitud ante los demás. Por más batallas que dominé, por más guerras que vencí; no pude salir victorioso en la única que ameritaba mi victoria; en proteger tu vida a toda costa, ¿En
la señora Amelia
mos a ca
lo aceptara, para que se diera por vencida, pero yo no podría. Mi castigo p
A partir de ese día nada volvió a ser igual, pase mis noches acostado en la cama
era dejar tal cual su cuarto, sé que aunque demostraba ante los demás un rost
uar oliendo su aroma. Algunas noches que ya no podía más con mi existencia, me dirigía al bar de Neverlake, el alcohol no me causa ningún tipo de efecto, pero me hace sentir que estoy quemando algo en el fondo de mi ser. Beber hasta perder