SEN
a Ma
o cuando lo ves así como lo vi desde el pri
o, no
ácticamente desnudo, es notorio que no posee alguna mancha, arruga, celulitis, mondonguito, hueco, vello ¡si
filántropo por demasiada naturaleza, que todo el mundo lo ama y que ha terminado sus r
n él para prestarle mis servicios lo he escuchado hablar por llamada sobre lo mucho que le ha gustado alguna mujer; al expresarse él es respet
quien a sus 35 años posee una carrera exitosa, una fama im
que es mi cli
fluyen solas al ritmo de las frotaciones con mis palmas y dedos, in
sus oídos a través de los auriculares inalámbricos. Y yo no puedo como siempre controlar mis
ne que parecen obra de un perfec
ene una cita de masajes conmigo no emociona
más, como si ninguna mujer u hombre que pasa por su lado no qu
o estar consciente es l
ara qué
su piel es como la de
mo mi
; pero es normal, ya que la razón por la cual solicitó mis servicios como fisioterapeuta y masajista profesional es porque tuvo un pequeño accidente y esa zona ha sido
volvimiento en el campo ese incidente que tuvo, y el estar casi dos semanas
s manos de su espalda, por lo que lo escucho
cho masajes y terapias ya me he acostumbrado a esto, incluso
técnica tras técnica su zona afectada, pero mis dedos de nuevo no pueden evitar f
que, lo que se sabía con seguridad, era que las personas que contaban con ellos eran naturalmente
me deja con miles de preguntas en la cabeza, pensaría que es así, que es solo un Ángel caído del cielo
encantó, c
s limpiar mis manos con una toalla algo
uerpo en aquella toalla mientras yo guardo el aceite,
a del WiFi, y diez k
s, seño
mis pertenencias porque sé que esto
ar
me, s
me sien
Allí e
uviese su majes... su..
espalda
ece ridículo que yo permanezca de espaldas cuando es demasiado normal qu
esta, como una
alguna placa
op
e sonreír mientras intento rec
que de
ero quería tu
go en seco porque está justo delante de mí aunque mirando su teléfono,
edo do
pretemporada sin
mirada verde oscura -Porque no creo que el equipo se cr
oscuro vuel
ner los dientes tan blancos? ¡Es insólito! Hasta me da vergüenza
ñor Duque -Le paso por un
e, llevándome al menos unos siete centímetros de más, con esa sonri
ente, M
risas y me despide agitando su mano. Yo le devuelvo el gesto, y a paso lento comienzo a retirar
por lo que, agachándome ya sin ser vista po
só? ¿Lo
quiero que estés detrás de
tan co
uego René exhala
lo que de
maldito secre
egar a una conclusión: definitivamente René, uno de los bei