inar la jornada del día. Eliana había dicho que te
presa, para la firma. Corina Reina es la heredera qu
r, no me canso de mirarla, es hermosa. Hablaba con ell
al marco de la puerta al
na la encargada de las f
Reina. Mucho gusto..
nto como si cayese en un detalle -. Ah, vale. Ya sé. N
otra más del montón como todos
n un café y en seguida se envuelve en un
, no es fácil estar lejos
acostumbra. Verás que todo se
pensativa. Ari s
dije a Jairo. No me equivoqué. Bie
bueno saber que alguie
me siento aludido
o, Dios las cría
arriba abajo con gesto de gu
, pero sí sabe
ntras que Corina m
tenía sentid
o tiene. -Dice Ar
Quién lo habr
mo si yo no estuviera tal
do la risa. Suspiro. Antes era una
e firmar el
aro...
me acompaña a mi oficina. Ambos firm
a tener que compartir oficina,
o. No hay problema
Jai
as de hito en hito, mientras se miran una a la otra y, me dejan en un segundo plano. Eliana t
bre, pero no de tu cara... ¡
ujeto a Corina por la cintura. Eliana fue más bien
no huyas cobarde,
e, Corina
liana, en cambio, se acerca al escritorio y se
rrículum? ¡La quier
N
de mis labios, in
pantalla y clava sus o
S
exhalación. Aun recuperá
ara. Aún en tensión. Luego las bajo a la cintura.
qué problema tiene
de, seca -.
tar los ojos de esta mujer, que tiene el don de sacar
la puedes despedir sin razón alg
rustrado y gesticula co
e es una tr
os para desconfiar de ella...
uesto ti
e de relacion
te. - Murmuró
, pensa
Green y sus contactos son importantes para la empresa. "
uando me fulminó y se po
que por eso le tengo
s, riendo a m
l Papa! -se detiene un momento, a meditar lo que acaba de decir y rectifica -. Que en ese caso no se
ue estamos en el trabajo y en horario laboral así que pido, no ¡exij
o que, es su manera de calmar su ira, mientras hablaba para sí misma -. Así será, la deja
me has
án, te he
os ejemplo a nuestr
anas, y r
o me da la gana llamarte "señor" -dejó énfasis, gesticulando entre comillas y camina furiosa hacia
ea, se topa con mi cuerpo y mi mirada penetrante. Col
, ¿quién te crees que
empresa, a mi vida y
uerpo y la puerta. Inclino mi cabeza, buscando su mirada. Sin embargo, mis ojos se fijan en sus labios fin
encia ¡mierda! ¿por q
corra el
sa ladeada, al oír el jadeo que es
pone nerviosa qu
qué
i pecho y baja directo, ahí. Más
Mi voz salió ronca -. T
Su perfume suave, a flor silvestre se cuela en mis fosas nasales,
blaste del respeto...
el deseo. ¿Entonces, por qu
a madera. Contengo, las inmensas ganas de
mi cabeza, buscando el ángulo perfecto y me voy acercando. Despacio. Muy despacio. ¿Es mi modo d
decir que me detenga. O tal vez, a sus adentros rogaba que la devorara de una mal
o quieras. -Son
e no me detendría? Me dirijo hacia el escritorio. No debo de tenerla tan cerca, porque perderé la cabeza y todo
teó, sorpre
mis m
aste qué era lo que me
Por supuesto que lo rec
os. Acerca su boca a mi mejilla, a mi oído, en un gesto tan íntimo, que estremezco. -. Me gusta que me toques así... despacio... y con devoción, como si yo fuera la única mujer en el planeta... -Guía mis manos bajando a sus caderas, aprieto los dedos y conten
tes en su boca. En pu
. lo que te
tu mano y me acaricies ahí... juston en sus caderas. De un tirón la pego a mi cuerpo, necesito que sienta
guitas... me gusta imaginar. Imaginar que a
ntasía? -Soné ansioso.
fue tan genuina que, vibró
ne como un
lta mis manos y se aleja provocando que un
sfecha con
lo que querí
mano vuela a la parte baja de su espalda y la sostengo impidiendo que escape.
-Gruño, embriagado en u
ue pu
hulería impresionante, com
do el tremendo bulto que ha dej
terrumpe en
mos esperando p
amos. -Le re
o. Él asiente y vuelve a cerrar la puerta. Corina
l dedo en alto y, ella sonríe descarada. -...esto que ac
uro reflejo, el rotulador que terminó rebotando en la pared de cristal e impactó
lipol
rtazo. Sonrío c
alentura. Y el dolor de huevos más grande, que me acaba de deja