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llamaba Kevin Powell Senior, nos sonaba el apellido Powell de haberlo oído o leído en algún informe de las diferentes empresas en la que cubríamos vacaciones de secretaria, pero no recor
hospital se estaba encargando de localizar a sus familiares, y nosotra
ue nosotras no fuéramos a dar con él. Justo en ese momento llegaba Elena y al ver que la enfermera hablaba con nosotras le preguntó si pasaba algo
Powell conectado a un montón de aparatos, su
sotras se portó también como paciente y aquí este
gustan más las canarias, que las mujeres del resto de
a está piropeando a las féminas que están a
todos me habéis salvado la vida, ¿puedo preguntaro
rnos dinero, ni nada de eso, nosotras nos basta con haberle salvado l
menos lo que vais hacer..."- esto último lo dijo entre murmullos -" pero prime
no entendíamos ni la pregunt
estamos pensando en casarnos por ahora, Además, Miriam tiene un medio novio, o algo, no está de
a muy guapa debía rondar los cincuenta, a ambos se le veía muy preocupados por el estado de salud del señor Powell. Tras ello entro, una mujer muy maquillada y enjoyada, que gritaba haciendo aspaviento, a hacia nuestro anciano, no debía de gustarle mucho, porque Kevin la mando a callar de go
amente dos de ellos se parecían mucho, pero con diferentes edades uno era más joven que otros. De pelo oscuro y cuerpo bien trabajado, bajo
de los tres y el mayor, aunque ninguno había llegado a los 30 años, eso seguro, me miraba fijamente. por su expresión
que seguía mirándome a los ojos cada vez con más inte
a mano el señor Powell
y yo tuve que bajar la mirada para no ser descubierta, amenazando de muerte a uno de los nietos, por soberbio. - "y os anuncio desde hoy y de efecto inmediato, que el primero que se case con una de ellas y me dé un nieto, de estas valientes mujeres, le daré la presidencia y la mita
xpresión ni lo pensé, miré a las dos, y con la mirada lo
uen paciente, vemos que tu familia está ya aquí nosotras, lo sentimos, pero ¡Corred ya! ..
a trozos"-fue ahí cuando descubrí que mi vida se iba a convertir en un infierno si me dejaba atrapar,