n Madrid con "un vídeo mío". ¿Cómo es po
encuentra justo al lado. Mis piernas se enredaron, de manera que, casi pierdo el equilibr
or qué me escondo! Es él quien deberí
lejando. ¡Jesús! El silbido al cerr
ya se había ido. No me fijé en donde se metió -Ah, pe
piedra muy pequeña. No soy ni mala ni santa,
punto que despierta a la arpía que llevo dentro. Y lo más curio
voy a por
ea, se aprecia en la pintura negra a lo la
Hago la misma operación al otro lado del coche. Com
¡Eh dete
me estampó contra el lateral del mal
zos, y presionaba mi cadera con sus piernas, inm
ue, sentir su mirada escaneando todo mi cuerpo, de ma
, sué
que mis uñas arañen su cara. El simple movimiento me había col
... ? -pregunt
la pillada, y de rabia. Esos ojos verdes se clavan en los mío
dientes, mientras muevo mis muñecas entre sus dedo
ta denigrante y
ópata! -empujé su pech
chocó contra el hueco de su cuello. Solté un leve gemido. El aroma de su
rizó. Sacudo la cara para soltarme. No lo quiero tan cerquita de mí. El inclinarme no sirvi
con ganas de seguir insultándome
os frívolos
a cosa que hacer que seguir
e -. Me estas difamando públicamente ¡Vamos a ir a la policía aho
voluntad...! -terminé apartando un mechón largo de mi mejilla de un res
lándome furioso -... de d
ante la sorpresa y noto su agarre hacer más presión -. Si quie
a loca...
boca, in
e dijo tu madre que así n
díbula se movió peli
ser así, pero tú sac
aces daño, sue
tra su coche. Al choque, las
desaparecer... ¡Vete! ¡antes de que me
a palabra?! ¡No! De eso
a mi muñeca izquierda. Corro tras él y
do tarde! Gruñó al cerrarse el aro de metal,
vas a escapar así de mí!
ojos retadores. De hito en hito. Por u
e sea, a que
de ti, ¿no? ¿Pero, hay
paso, cortando el poco espacio que separa
para ¡colmo! Encima vas y me despides por no hacerte un
s con ese vídeo. Mi garganta termina
los pantalones que lleva puestos, observo sus bolsillos... Cuando a
vertencia!
viamente,
lo estas deseando! Sino pa
brusco, pero la atrapa al vuelo, a
migo ¡intenta algo diferente! -dice en voz anodino y t
dea de levantar la rodil
ntentes... -resp
qué? Resoplo. Cansada de est
palabra que lo defina como tal. Él alza sus cejas, a la espera, sa
un lado de la puerta del hotel. Levanta la mano en e
olicía. Tu darás tu versión y yo daré la mía ¡y te aseguro que imaginación tengo muchísima! Piensa en esto... -se detiene unos segundos, hace ademán de pensar. -Somo
gesto tan íntimo que aceleró mi
iar mis mejillas. La cara me arde ¡Nora no dejes
somos nada! -
ude oír el tintineo de l
ce otra c
sea! Ti
ios. ¡Calma Nora! Vamos tu puedes
a paseo y después me olvido de que existe. O tres, le
Esto me repatea, no quiero ni rozarle, pero me es inevi
a, tanteo unas llaves. Cuando levanto la
cas está en
sueños
rompes e
tuvieras
su bolsillo. De un tirón me acercó a su cuerpo rodeando mi cintura, con ello mi
grave, me roza los labios -, pero la gente nos está viendo muy
ue me vuelve a jalar. Mi pecho choca contra el suyo. Inclino mi e
óvil ¡de u
Su aliento me go
lave de esta madre
. No tengo la llave. Me entra la risa
s tan g
osa se puede poner fea cua
o ¡borr
ídeo... ¡
es un
s hay de que me esté mintiendo precisame
hay
como si así pudiera contener las
sto tanta frialdad e
igente como para saber con
elebridad se tratase. Prep
ntentó seducirme la otra noche
iera qué es eso. -Gruñe co
so la piel como escarpias. Comenzó a caminar,
r la muñeca! -protesto
ra palabras que no logr
eco, y se volteó. Clavo mis talones en el sue
quí para allá como si fuera
dedos rozan mis labios, me sorprendió. Sus ojo
a oportunida
ieres? -logro balbu
un pequeñísim
aber quién soy y de qué soy capaz de hacer. -asegu
paso
un terreno muy peligroso, pero h
le propongo -. Lleguemos a un acuerdo ¿sí? Dame el vídeo y me olvido de que existes, para siempre -sus ojos fruncidos
í? ¿de
u tono iróni
S
oy a olvidar de lo qu
l sudor frío subir p
uneas un poco que, sinceramente está muy soso
iens
parece?
su fría mirada ¡mierda! Esto no va bien. Nad
e ¡es que tú ya
mi alrededor e