ción de "Magia Oculta", su saga favorita. Se moría de la emoción por saber si la protagonista llegaba finalmente al trono y como se desarrollarí
s que atravesaban Alix y sus padres estaban vacías exceptuando las pocas personas que caminaban apr
ras abría la pesada puerta de cristal en la que habían apegado un
eron hacia la dependienta. Una anciana, rondando los setenta, de tez clara y arrugada por el paso del tiempo. Vestida con una túnica algo andrajosa y
evan cada vez peor con los libros. -tenía una voz rasposa, pero a la vez llena de dulzura. Par
s libros ¡Vive en ellos! - se rió la madre de Alix acer
nérgica ¿será una criatura bastante problemática no? - preguntó la
as. -dio un paso adelante su padre, intentando ocultar su molestia por las insinuaciones
ccionar, se lo soplo pronunciando algo en un idioma extraño. Los padres de Alix, quedaron aturdidos por unos pocos segundos y luego adoptaron de nu
arán esta misma noche al número indicado en este folleto y se irá mañana al mediodía como muy tarde. -decretó la anc
muy interesante. -dijo Alix mientras caminaba sonriente hacia sus pad
a muy calmado, y que ella supiera nada había pasado en esos pocos minutos como para hacerle cambiar de humor tan repent
echó una mirada a su madre en busca de respuestas pero ella
tono y se encaminó hacia la
elo y cruzarse de brazos. Eso se vería muy infantil y haría el ridículo ante la dependienta. Aún así, en el fondo, le habría gustado tener la valentía de hacerlo. Era injusto. Le habían prometido ese libro,
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se encontraban cenando en la pequeña cocina de s
as desde la salida de la librería. Tampoco habían pronunciado ni una
ió de repente hacia ella su madre echá
comportando te así. -dijo secamente el señor S
asando. Exceptuando cuando era muy pequeña y no muy consciente de sus actos, ella jamás se había metido en problemas. Llevaba una
intentando sonar racional. Era una locura. Un internado. Y encima parecía e
Mañana a las diez vendrán a recogerte. Una suerte que acepten alumnos ya
s padres no eran de aquellas personas con sentido del humor. Pero tampoco eran ta
e su padre y ella no tuvo más qu