cado popular en compañía de su hermana menor Jazmina y su amiga Noemí. A un día
jer de mediana edad de tez oscura, pero de rasgos mu
sted adonde debió llegar- le respon
queño arreglo- declaró Jazmina con impaci
esta vez a Ross, ignorando a propós
ida y le gustaba llamar la atención de quien fuere, se molestó. Hac
- expresó Noemí, quien se h
sol del medio día, era natural qu
ole una taza a Ross con el líquido negro, y ace
raciones?- le preguntó Jazmina a su herman
o está siendo amable- le exp
ue digas- vol
é, y se dedicó a elegir las flores que buscaba. Le pagó, y cua
ha lle
asombrada, mirando a
la taza ya seca y
inero. Pero...hay mucha envidia a su alrededor, cuídese de la gent
ero va a tener ese!- se mofó Jazmina re
o tembloroso - no las van a utiliz
oncentró la s
señora, solo en
Que Dios nos tiene aquí para un propósito. Busque la def
con Joel y que conoceré a otro hombre?- le cuestio
-. También le dije que se cui
ber que ha llegad
usted conservará
volvieron a mi
sarás con Joel conservarás sus camisas como c
a atrás- la consoló Noemí, abrazándola
iverso, señorita- le gritó la señ
las flores, la tenía muy nerviosa. Cuando finalmente el sueño la venció, el abrazo inmovilizado
Despierta!- le llamó Noemí,
iró aliviada y agarrándose el cuello. S
que te puso
a y yo... no quería pero tenía qu
ensando en la doña es
vamos a dormir, debemos est
ura hasta la cintura, desde donde abría en capas hasta cubrirle los pies, no hacía más que resaltar su belleza. A pesar de ser una joven
nvertiría en la esposa de uno de ellos, Joel Torres. Él era un joven de mediana estatura, de tez clara, pelo rizado y rubio osc
ra hacerte mía-le dijo
su habitación para verla
erte ver a la novia antes de la ceremonia- le ex
za en señal de arrepentimiento- Ya me v
esto hotel, para de allí dirigirse hacia el club donde se efectua
te, querida- le informó la señora
enina. Llevaba el pelo rubio recortado en capas y casi sie
n simple- agregó-. Ve donde tu
aá!- se
s!- insisti
radiza o noviera. En verdad, las dos hermanas nunca se habían llevado bien. Desde niñas había existido la envidia, es decir, la menor siempre quería lo que tenía la mayor, y esta tení
les extrañaba que la mayor, siendo menos femenina y, a su parecer, agraciada, se fuera a casar primero. Los dos últimos hijos de la pareja eran varones, uno había ingresado a una pequeña universidad en su pueblo natal y el otro había entrado a la academia militar. E
na. Abrió la puerta y le pareció escuchar una discusión en el baño. Como en cámar
posesione bien en la firma, la dejaré
o por lo más sagrad
del seguro para establecer nuestro propi
?-volvió a prot
que nos espera, y además... siempre po
as podrá
crees en mi amor?-
lo otro, tonto!
ando llegue el momento, sin ese dinero...- la chi
la falda de su vestido y ella soltó
con hacerla gritar. Pensó que se iba a desmayar. No podía darse el lujo de desplomarse allí, así que se so
juro...- Joel corrió hacia ella intentando abraza
quier cosa que se interpusiera en su cam
etuvo, ni Jazmina ni Joel que la seguían- ¡Les est
o se miraban y se preguntaban qué estaría pasan
viento. De pronto chocó con un bote de basura que la hizo caer al suelo, lacerándose la rodilla derecha. Gimió por el dolor, pero escuchó la voz de su hermana que la alcanzaba y, justo en ese instante, vio un auto a punto de emprender la marcha, y olvidándose del golpe se lev
do ella volvió a la realidad. Miró hacia todos los lados y no vio señal de personas. Hasta ese momento no
or desaliñada barba se le fue encima, soste
e! - suplicó- Voy
se mofó el hombre
ntenció un esquelético joven, desmontándose del coche
, pero los dos malhechores que se encontraban a la espera de sus turnos la detuvieron y la derribaron sobre
rro. Y en efecto, volvieron a escuchar los ladridos del animal, que al parecer se
destino le había jugado una mala pasada. No solo había sido traicionada por su herm
de ser peor
ida en el agua, deseó hundirse allí y lavar sus heridas, despojarse de sus sentim
deró de ella. Le aterraba pensar que habían regresado los "tipos" de los que se h
una voz ronca cuestionó, una v
me... haga daño- balbuceó-. No me
cer
ambaleó", pero logró mantenerse de pie. Lo miró perpleja, dándose
do de salvarla de su propio intento... ¡suicid
ué se refería, hasta que lo
tá usted pensando...?
entonces !- ar
acia atrás y levantó el pecho con orgullo. ¿Quién se cr
alida, ah?- la miró de arriba abajo observando su vestido de novia, que al
ándole explicaciones que no son de su
lejarse, él la detuvo, haciéndola prision
éndose para intentar zafarse- No permitiré
e que necesito aprovecharme de una criatura in
esbelto, de tez bronceada, con el pelo muy negro igual a sus profundos ojos, que eran como un imán. Notó que
eo irme de aquí- d
un largo silencio, con las manos descansando en la cin
ro!- exc
es mi
sto de pelo negro y brillan
ordene, pierda cuidado- agregó al
o ante las mujeres o las personas en general era su físico, su dinero o su poder. Su poder, definitivamente sí que era un hombre de poder, era el único hijo
perro, pero este se resistió con un ladrido
Qué pretende señorita?- inquirió, l
salvó- le confesó-. Unos t
ercó mucho, pe
ndo la cabeza, tratando de nivelarla un poco co
a cabeza, sin d
ahora, tranq
le secándose las lágrimas con el dorso de las man
el perro lo siguió, él también. Cuando el animal se detuvo y cambió de dirección hacia el mar, el ta
ueron- con
misión llevándola a cas
miró c
Le extendió la mano esperando que finalment
el ofrecimiento, pero prefiero irme por mis medios- le dijo después de estrechar
perro y empezó a alejarse-. Supongo que tiene un auto por a
pensarlo po
ó detrás de él h
dijo
la luna alumbraba el lugar y
acía con dificultad quedándose muy atrás, el forcejeo y la tensión de
cedió y sin previo avi
e pretende?- preguntó alarmada y sin fuerz
que vamos nos va a encontrar el sol aqu
o. No solo era atractivo y fuerte, sino que olía muy bien. Su perfume se
puerta y le ayudó a sentarse. Lo hacía con tanto c
gen de Ross era más obvia. Ahora sí destacaba el sucio d
copiosa hilera de largas pestañas que parecían molestarle al parpadear, abundante cabello que cubría hasta sus sienes y sus labios perfectos. Su torso era inmejorable. Era pos
on disimulo su
rarla, después de un largo silencio que había durado
orazón y desgarrado el alma. Y si regresaba al pequeño apartamento que compartía con su
. ¿Qué iba a hacer? No tenía di
d- volvió a decir, ya estan
o- se disculpó por
ó- Estamos cerca de la mía. Pued
jos. ¿Qué pretendía es
ted mi tipo, es menuda... me gustan rubias y morenas- la volvió
ser tan gros
rla de que se deje ayudar, que confíe en mí
azmina, definitivamente ya estaría coqueteando con él, mientras
ntrando al sótano de una
dije
e negó- ar
abrió la puerta
habrá pruebas de que estuvo aquí- le informó, ex
o las suyas que estaban mugrientas. A pesar de las dud
mano, pero era más un acto de caballerosidad que d
ítu
l que llegaron. No solo era enorme, sino exageradame
e una vez fue blanco, ahora sí
mbio de ropa- ofreció David, mientras se dis
Tiene... un apartamento muy bonito- agreg
ntió, caminando delante d
- observó, arqueando una ceja-. Lo digo por haberme
n una media sonrisa-. Le traerán algo que ponerse- le ec
unció e
s lágrimas. Lloró hasta sentirse seca. -Nunca más... lo prometo- se dijo en voz alta con determinación, golpeando la pared con la palma de la mano. Había deci
e y en el piso un par de pantuflas de lana. Se vistió y se miró al espejo. Se burló de sí mism
recordó que no había comido más que u
o y largo pasillo. Alcanzó a ver, al final, una puerta entreabierta, y volvió a experimentar la sensación de ahogo que
retendo seguir discutiendo sobre eso- decí
rse. De pronto sus miradas chocaron. Se "moría" de vergü
ento,
otable cambio en su rostro. Salió de la
mo un "camaleón",
nada-. La cena está lista, vamos- l
ando la mano, mirándol
él le ofreció una silla
edia sonrisa, sorprendiéndose al notarla son
a mesa, y cenaban en si
arle hablar... yo solo... -
do- expuso, encogi
dio s
aba- re
O
untarme por qué?- la mi
bencia- volvió a e
por qué de pronto p
o quiere
e en un lobo feroz cuando me siento atacado- confe
o er
me case. De nadie me dejo manipul
n mal está
el momento. No está en mis p
la indicada y no quiere que pierda la oport
ervilleta y empujó el plato hacia a
Qu
l vestido, ¿no?- preguntó reposando los brazos sobr
r que ya no lo llevaba- Sí, creí que
tras él solo la observaba,
só con verdadero agradecimiento, rec
e felicitar en persona a
ra el cuidador?- indagó
rio a c
Como está aquí, le dije
mientras Ross solo parpadeaba t
imidada?- de pr
confesó sosteni
or
que me observa o porque... estoy e
os a la sala- la invitó cambiando el tema. Él no podía dejar de mirarla, necesitaba aseg
asi
le preguntó si le apete
ella se sentó en un sofisticado pero cómodo mueble frente a u
mos?- pr
nfesó ella volteando los ojos-. Es obvio que
ser peor, ¿no?- l
me ahogo en un cubo de agua, o ta
Mírate, ahora estás aquí... conmigo- sonrió con elegancia-
estás h
rieron-.Ves, no importa la tormenta, siempre vue
que ahora estaría riendo y to
. Es lo bueno de charlar con un desconocido, pue
e eres
Y sí, lo soy y no me avergüenzo de admitirlo-
eron
con sus enormes ojos verdes-
no. ¿Música?-
cer lo que quieras. Ya que te tomas el champagne
tener que volver a cargarte- bromeó
fá es bastante cómodo- re
ar la copa después
invitó de repente,
ando empiece otra- prometió Davi
r? ¡Te acobardas ahora!- lo r
to- le confió-. No me importa si se trata de
ue pudiera avergonzarme más adelante solo
nos parezcamos!
im
harás de ti a ver qué tal.
ber de ti?- le preguntó levan
ado que muy p
¿
piensan que solo sonrío cuando planeo
s mientras ambos se
s y luego deslizó las suyas sobre los fornidos antebrazos del hombre, sintiendo su suavidad en la piel y la fortaleza de sus músculos, el cont
eniéndola por la cintura y atra
miraba, que era casi nunca. Su cuerpo pedía más, no sabía si era el alcohol o el hombre que la abr
to?- finalmente ella s
nes int
trig
si
orq
tó qué tan
se
carne y hue
uienes creen que
así cuando eres
ás cautivada por mí y aún así tienes el
de Ross se puso r
razó-. Ahora casi puedo palpar tu verg
y charlando hasta e
estar y Ross dejó de bailar
ello.- ¿Dónde estabas? Eres mi salvador, ¿lo s
ue te salvé y, además, soy el dueño del per
zó sobre él abrazándolo y reposando su cabeza co
e cosquillas por los costados, provo
endo cosquillas. Y no
e preguntó alzand
to la besó con ternura, un beso suave y rápido. Y como si solo hu
iera a punto de llorar. La sonrisa se convirtió en "risilla" y fue au
abía que podría ser algo incómodo, pero él fu
asión, tal vez, hubiese recogido mi orgullo y me hubiese mar
a reír por s
na gente. No puede ser menos un hombre que recoge una vagabunda indigente y la lleva para la casa que cuida y le brinda buena champaña. Y que además...- hizo una larga pausa y lo miró fij
alguien me dice tantas cosas lindas que no soy, pero que sé que no
digo por
confiar totalmente en él. De tener la oportunidad, uni
s por los efect
volvier
e-. Puede que el alcohol me haya ayudado, claro. Hasta
ces te
trató de retractarse parpadean
ra cosa estaría dispuesta a casarte con un simple cuidador, de mal
s eres...- lo miró a los ojos- eres el hombre más guapo y generoso que yo haya
o para atrás como si estuviera
absoluto- le confío sosteniéndole la mirada. -Pero lo has sido conmigo, demas
tampoco quiero q
ó la mirada y vo
ca t
cada vez más, a tal punto que la cargó sobre su cintura para llevarla a la hab
di q
jo sin
depositó en la cama con cuidado, y se asomb
cir que sí, solo
o fue la r
en su cuerpo aquel exnovio del que ya sentía celos. Pero, finalmente, al hacerla suy
ser. Pensó. Fue al baño y se contempló en el espejo. Era su costumbre, después del sexo, hacer algo, lo que fuera que lo alejara de la persona con
pijama puesta y la vio acurr
?- quiso sab
me siento
supue
. Sin analizarlo siquiera, levantó la cobija y también se metió. Pe
r debajo de la colcha, se movió con toda su inocencia
lo por un rato, él
soltó. Era extraño para él sentirse int
que me emocioné- c
ocupaba la idea de que ella se
ara que pueda desc
evantó la cabez
me rozas con tu cuerpo
¡
n rato casi aguanta
azul- bromeó al c
ó "azorada" y e
a ya, er
A pesar de su escasa experiencia le pareci
ás as
í, un poco-
bien, lo
ás fuerza, hasta q
a tu proposición- agr
n. Desde un teléfono que había en la sala de estar llamó
y morena. Era sumamente inteligente pero había tenido q