rme y escapar de este manicomio, cuando de repen
as? ¡Todo esto es por tu culpa! ¡H
motee. - ¡Ya se ha folla
¡Odio a las putas! ¡Te voy a hacer trabajar por ello! ¿Quer
i grito. -
me sacudió, luego me a
édate
mirando a aquel hombre
hacia mí y
sta chup
mi interior, una oleada de salvaje deseo me recorrió y mi entrepierna empezó a humedec
e cuenta de eso, sentí calor en el bajo vientre y una palpitación entre las piernas. Empecé a
a chupar? - El hombre repitió su
hasta que no supe si me gustaba o no. - R
ezó a latir más rápido y mi respiración se hizo profunda. Mis ojos se abrieron
moví, sólo mi corazón tamborileaba al ritmo de mi pecho. El hombre
epierna y con dos dedos me penetró. Mi húmedo agujero se aplastó un poc
do su palma fría contra mi clítoris palpitante. Sus dedos se movieron al principio con se
que se relajara. Mi vagina ya apretaba impulsivamente los dedos del hombre. Cerré los ojos y saboreé el agradable
a mano del hombre. Al ver el estado en que me encontraba, retiró su mano de mi entrepierna,
ldosa sin rechistar. El gran bulto de la bragueta del pantalón me llamó la
y el olor de los huevos del hombre. Quería mirar la cabeza de su polla con detalle. Ver su c
ha y sacar su dura polla. Un pequeño escalofrío de excitación recorrió mi cuerpo, haciéndolo temblar
siera follarme! ¡Es increíble! ¿Y cómo iba a mirar a
de llamar así, me presionó la nariz. Inmediatamente sentí el agradable olor de la piel limpia de la polla, que olía un poc
es pueden tener pollas hermosas. Antes sólo se la había chupado a
eza y saborearla, pero esperé nue
o un golpecito en la cara. Su polla morada golpeó suavemente mis suaves mejillas. Apreté
Oí la voz segura y
a un grado increíble, convirtiéndose en un hilo continuo. Mi vagina y mi esfínter se apretaron y sentí que el corazón se me iba a salir de
Continuó ordenando
illo que había debajo se humedeció inmediatamente con mi saliva. Los sonidos de los húmedos golpecitos acabaron por nublarme la cabeza.
ededor de la circunferencia del gran falo y empecé a chuparlo con avidez. Con la mano la tomé por la raíz
para penetrar en la hendidura de la uretra del hombre y realicé algunos movimientos circulares. El hombre gimió, se tapó los ojos y a
ezaba a gotear sobre mi barbilla a través de mis labios fuertemente comprimidos. El padre de Natashka empezó a pre
su polla, apoyando las manos en las caderas del hombre. Mi espalda se arqueó al hacerlo y emití un sonido gutural ahogado. Mi esfínter se ce
e su polla y empecé a tragar aire con la boca. Las lágrimas brotaron de mis
ojos una especie de sonrisa de animal depredador que incluso me asustó un poco. Algo se me revo