atuendo resaltaba la esbelta y curvilínea figura que poseía; y a pesar de que no usa
realizar una inspección. Ve a la sala de reuniones para prepa
esfuerzo", respondió ella
e dándole una palmada en el hombro. Su mano permaneció ah
dijo Alice sintiéndose incómoda ya que él seguía acariciando su ho
te se quedó quieto en el mismo lug
llenas de odio y de envidia, porque dar la bienvenida a las autoridades d
e alivio al encontrar la
rmitió pensar demasiado y empez
frutas y cajas de pañuelos en
a de la sala de reunione
rme de secundaria y llevaba
e deberías estar en la escuela?", le pregun
a mano. "Dame algo de dinero. Necesito com
idiendo dine
a Mary su salario
o inconscientemente la billetera en su bolsillo, aunqu
auriculares. "No es mucho", dijo
stán tan caros?", exclamó Alice frunciendo el ceño.
podía confiar en ella fácilmente. Aylin le había pedido dinero varias veces utilizando sus estudios co
ro, solo dilo. No tienes que incriminarme", espetó Aylin bajand
ales escolares, sino que quería comprar un nuevo iPhone. Si Alice l
..", trató de explicar Alice con el ceño
papá que no quieres comprarme los materiales", amenazó Aylin. Luego, soltó s
", espetó Alice, pues lo que estaba hacien
levantó la mano para
ientras que su Aylin era alta y regordeta
hocó contra la mesa, haciendo que las fr
a sorprendió aún más. Estupefacta, miró fijamente los escasos billet
cien dólares!". Sin embargo, no se rindió y continuó hurgand
e Alice, que estaban afuera de la sala de reuniones, escuchar
ó a limpiar rápidamente la desordenada sala de reuniones. Eran casi las
como tú?". Dado que Aylin había descubierto la pobreza de Alice, su sue
zó a patear varias sillas,
uí, por
ias cuando escuchó la voz aduladora del gerente y, de improviso, un grupo d
escena de frutas esparcidas por
ente se ensombreció. "¿Alice?"
lpó ella nerviosamente mientras salía debajo de la
legaron ta
en una hora pero había pasado menos de
?", preguntó un hombre de mediana edad que parecía ser el líder, malinte
, suplicó el gerente tan ansiosamente que se podían ver gotas de sudor
do a inspeccionar su sucursal s
se estremecía de ira. "Hice de todo para aprovechar esta oportu
i intención. No sabía que l
edio, lo único que pudo hacer Ali
por tu cara bonita, ¡ni siquiera te habría con
aré que regresen". La puerta de la sala de reuniones estaba abierta de par en par
esperación, a pesar de su rostro p
uello con fuerza. "¡Se dirigen al aeropuerto!", gritó con ira. "¿Crees que volarás
a Alice y la ar
ra la dura superficie y se r
zó a brotar sangre
con frialdad y se fue. Al escucharlo, Alice sintió