sobre los estrechos callejones. Corinna Hudson, cargada con un botiquín médico, salió de una casa del callejón a paso
un hombre que, con un ruido sordo, se desplomó en el
cido heredero de la familia más poderosa de Driyver. La joven consideró los riesgos tanto como l
encontró débil pero perceptibl
gieron a una puerta oculta en el callejón, que ella abrió
sladó con rapidez a un
ronto, una bala con sangre tintineó al chocar contra la bandeja metálica. Corinna soltó un suspiro de cansancio, la operaci
e negro irrumpió en la habitación. Algunos rodearon enseguida a Andres, que continuaba
la sien de Corinna, con voz tensa mientras preguntaba:
lo que indicaba que empezaba a recobrar el conocimiento. Esto hizo que su preocupación dis
cada pequeño movimiento le producía
lió con debilidad, continuaba siendo a
olor y la debilidad, se mantuvo decidido, por lo que los guardias no duda
la cercana y cruzó las piernas de manera despreocu
teniendo la compostura. Andres hizo una mueca mientras se tocaba la herida. "Com
acia atrás, aparen
ediré ese favo
nexión. Andres era muy conocido en Driyver, una figura formidable a la que no se debía subestimar. Dados l
ico, deslizándole una tarjeta de visi
alguien de la categoría de Andres no había estado en sus planes,