a -el castaño men
eyes. 23
r que lo odiaba, eran demasiado opuestos y en cada oportunidad qu
ca en paz -el pe
dominante y tremendamente sexy. No negaba que hab
al pelinegro- No pensarás dej
quede -asintió- ¿
ara una noche, pude haberte ayudado. Aunque me sorprende que te ha
mente no las deseo sexu
labios- Disculpen, sig
cia -el beta
en dirección al castaño- Anda, ve
con molestia camin
hacer eso? -Anthony
lla quien emp
fa se giro, le saco la lengua a Adrian y le sonrió con satisfacción. Esperaba n
rprendió. Quizá era alguien que prefería mantenerse alejado de su familia o simplemente no tenía padres.
ropa -supuso el pelinegro- Quizá po
n eso? -preguntó con
nformo con que me permitas vivir aquí. No necesito que gastes dinero en mi, tengo a
e iras a casa de
ro los ojos- Tengo demasiadas
costaron a mis espaldas y ahora que te conozco, ni
as palmeras y ¿Sabes qué? -p
¿
o me provoques -lo apunto- No bu
ré. Aquí -ha
..
acio. No conseguía dormir y eso que se sentía agotada, se giraba de un lado a otro, tratando de encontrar una manera de conciliar el sueño más rá
cuerpo empezó a calentarse poco a poco, su mente nublada, como pudo se puso de pie y fue cuestión de segundos para encontrarse fuera de la habitación. Adrian yacía dormido en el s
Lyd
-hablo casi
? -preguntó sin le
ia se encontraba totalmente ruboriza
na mala ide
o, sentándose a horcajadas- Hoy también estoy muy mojada
thony, admirando por un momento su tamaño y a pesar de estar dormido, tenía un tamaño considerable ¿Como lucirá estando e
entre en mi bo
rlo todo, por lo que tuvo que utilizar sus dos manos. Se sentía excitado, sus entrepiern
arrepent
o, dudo que lo
en a
jados en su pecho, sentía su cuerpo estremecerse con cada roce, cada tacto. Nunca había experimentado algo p
no le desagradaba la idea de pertenecer a algui
sobre, se aparto por unos minutos y s
¿cierto? -preguntó en
untó sonrojada-
s bromean
hacia el alfa, queriendo sentir sus piele
amoslo
r y no supo cuando, el dolor se transformo en placer. Las leves mordidas en su cuello, las caricias en su entrepierna
eña mano de Lydia, sujeto
ieron. La menor que había cerrado los ojos por el placer intenso que estaba sintiendo, los abrió, para
volviendo a acercarse a la rubia- No
ría, estaba lista para entregarse a Anthony. Apretó los ojos y empezó a sentir en su interior cierta intromisión ¿Por qué se sentía tan m
la fija mirada del mayor en ella, sus labios ardían, atrajo el cuerpo del pelinegro hacia ella y juntó sus labios en un simple
-espera -
s la boca
Lydia sentía como la llenaba, sentía el grueso miembro raspar en su inter
había li
nas em