reo que podamos salir
lo y seamos arrestados. Solo tengo que pensar la mejor manera de conseguir
oncentrarme en lo que realmente es importante y
que saltar a la casa de al lado
ea. Camina
s hacia donde dije. Rodrigo se lan
a! ¡Dat
s debajo d
ible no hacerlo. Me pasa siempre
s ojos y
stos últimos meses me sirve para c
correr con rapidez por el jar
te es el primer luga
Él tien
amos por el jardín trasero, mirando a todos lados,
olocando mis manos en las rodillas para coge
. ¿Dónde vives? ¿Tienes tu aut
gún mis planes, no debería estar hablando
s por mí. Sé cóm
ne en mi auto – se ofrece, cami
grac
ojos, ex
a, aunque es más peque
iscina. El agua cristalina brilla por
a el agua. Aguanto la respiración en el último segundo a
vuelt
perios formulados en mi mente, pero lueg
¡Seremos d
les para que se mantenga en el lug
espiración, emerjo a la superficie y él me s
dea mi cuerpo con sus brazos y cuela su cara en el hueco entre mi cuello y mi hombro. Intento
salirse del pecho. Odio a este hombre, sin emba
piración hace cosquillas en mi piel. Lo aparto un poco, per
murmuro con la
osa. Tu respiración me dice que estás nerviosa. Tus mejillas están sonrojadas y
ad es que en estos momentos, mi cabeza ha abandonado mi cuerpo, liberándome de todo t
evando sus grandes manos a mis g
convincente, pero no lo consigo. Si real
me
s, pero luego vuelve a colocarlas en el
z baja y suelto un
o que hago, mis piernas rodean
to y vas a dejar que lo haga –
y haciendo que mi cuerpo actúe con libertad. Él gruñe en mis labios y utiliza su lengua para explorar cada rincón de mi boc
es había sentido
besarlo, sin embargo, finaliza e
lar mi respira
onrisa de pícaro. – ¿Qué te parece si vamos a mi
proponi
mpujo lejos de mí. Con rapidez, salgo furiosa de la piscina. E
evarte a casa – escucho sus palabras, pero estoy decidida a marchar
cuentra a casi una cuadra de distancia. Apenas estoy sentada en el auto, lo pongo en m
error. He besado a una de las personas
se repiten una y otra vez en mi cabeza. Me ha comparado con el resto de las mujeres con las que se acuesta. N
rgo una mano hacia la guantera y tomo entre mis manos la libreta de apuntes. La sostengo contra mi pecho. Me da igual que
plirla. Pase lo que pase. N