o varios de esos enormes y aterradores lobos, los perseguían dando enormes saltos y se abalanzaban contra ambos y segundos después los abatían con sus garras
s bestias. Sin embargo, la victoria cobraba sacrificios, ya que sobre la hierba teñida de escarlata, ya se apreciaban vario
igual, ya que para las mutantes criaturas: unos eran enemigos, y los otros, brutas bestias que en los venideros días podrían alimentar a ambas comunidades. Para aquella sección de las huestes d
los y garras en un despliegue de poderosas cualidades, cuando tal demostración finalizó, llegaron lastimeros aullidos en recordatorio de las herman
oblado, donde casi hasta el anochecer estuvieron amontonando cuerpos, que al amanecer fueron incinerarlos en una enorme pira que elevó espirales de humo a l
, todos se encuentran reunidos y Jrevux el aciano de
nosotros, y él hubiese apoyado estas palabras, o mejor aún... El mismo las estaría exponiendo. Les propongo que dejemos las diferencias existentes y botemos por elegir a un supremo cabecilla y a un consejo de aldeanos, los cuales nos guiarán y de seguro van a esforzarse para protegerno
n a todos sus hombres y cuando vean que no regresan, envia
e votos, Atkor, fue nombrado caudillo del pueblo y cinco ancianos los acompañarían en tal empresa. Aunque el
en relativa calma. En una de sus visitas al bosque, Haxni
el apoyo de mi abuelo a quien querían y respetaban. Quienes ahora gobiernan la aldea tienen otros planes. Atkor el líder, me
on un magnetismo indescr
os me amenaza con divulgarlo si no le cedo todo lo legado por mi familia. Lo cual nada me importaría darle si supiera que con el
rae y la conte
ún mortal podrá interponerse entre nosotros... Dame el nombr
a y con los ojos
amor que siento por ti, aun reconociendo que se lo mereciese, porque estoy convencida de que no
llegaron a vuestro pueblo, nunca combatí p
Ercikon. Si él acepta que yo viva entre ustede
ello que ella no aprecia por el estado de hechizo que su contacto le prov
ntaste que si todos nacíamos
otros y me contestaste que jamás me condenar
los ojos del renacido y tomándole el
er tu pasado y presente. Dominándolo yo, lo conocerán ellos t
tantas veces desnude mi cuerpo y alma -le afirmó con inocencia- si con el
stión de preguntas. Muést
s. Ella, entre asustada y confiada, se limita a ver como Nhivar, poseído por una fuerza invisible, se levanta y de repente cae en cuclillas mientras que las órbitas de sus ojos se mueven frenéticamente. Haxnia no comprende lo que sucede
cías los pensamientos de Cidonna? Porque de ser así, jam
pinas y dejó su sangre en él. Litno, por instinto, la bebi
los renacidos conocen la
cana ojea-no te ruborices por ello. Ahora po
ertiste y cuando llegue la lu
pende de tus ansias d
montes y lo sabrás. Ahora debo regresar, estoy segur
es saber que mientras los renacidos decidan tu destino, no podrás
lla, al enterarse de que estará tiempo sin volver a sus brazos, sentir sus caricias y ardientes bes
cubrir quiénes son esos pusilánimes bribones que te acosan. Eres tan mara
algarabías la despertaron y al dejar su vivienda. Todos hablaban del cobarde de Bulkes, quien en la última invasión
iss, quien como un perro faldero siempre estaba detrás de Bulkes, sin embargo, no lo encontraron,
ualmente, su constante sonrisa desapareció, invadiéndola una perenne melancolía y esquivaba toda relación con sus semejantes. Una
pasó a Bulkes. Todavía albergamos la duda de que fuese asesinado por uno de ellos, pues su cuerpo no mostraba evidencias de garras o mordidas, no obstante; podrían h
con pretextos inventados y ruega para que en esta oportunidad envíen a otros emisarios. Ante la negación a la que no se oponen
unión ya pasaron
ecido y enfermo padre no deja de pronunciar lamentos y esto enfurece más al fornido joven quien de vez en vez suelta una que otra frase de despecho, p
que una cabra con las ubres marchitas y nun
r y en el umbral de la puerta ve a Cidonna, la muchacha dudosa mira
condenada aldea que puede esclarecer mis dudas, y
te responda -le argument
que me confieses lo que se oculta al rededor de la intrigante y misteri
emerosa hasta topar su espald
evitando su mirada- cómo podría
a la mesa a su lado que todo lo que ti
! Tú y el parlanchín eran muy unidos y si ese maldito