ep. Apretó los labios con fuerza, conteniendo l
sobre la nefasta mujer que la atorment
ía las reglas, la azotarían en la plaza del pueblo.
a y se dirigió hacia su habitación. Ignoró las órdenes
e estoy hablando! -gritaba la mujer, fu
toriosa se dibujaba en sus labios, disfrut
itación, una mano la detuvo con
voz de Kerem, áspera y domin
Suéltame! Me est
comer con ellos como es debido, le mostrarás tus respetos, e
e dónde había salido el neandertal?
de está
quería que la acompañaras, pero a ti no se te está permitido salir aún, así
ente por la mano, la jaló para re
o disculparme
en ese momento, ¿Pero es que acaso
oces y no tienes la más mínima idea de
disculpas es ella, están haciendo de mi vida un completo infierno, lo peor de todo es qu
smo, estaba atrapado en esa situación, si la dejaba ir, l
ciertamente era inocente, además sería otra vez la burla del p
amente vivía para ello, no sabía que sería capaz de hacer el día que la tuviera cerca, sus padres
s con mi madre
uchaste? Dije que
que he dicho eres tú, necesitas apr
se resistía y le gritaba improperios en inglés, pensaba
e, la mujer fingía llorar por lo
á conmigo, lo mejor será que tu padre y y
ré cuidar de ustedes, así que mi linda
Zeynep, la chica apretó los
o, me disculpo
ócritamente, estaba disfr
es suficiente, ahora comamos en p
egia, quizá debía fingir aceptar las reglas, así
, o tal vez era que no le interesaba poner atención en lo que decían, lo q
importancia, necesito saber cuando me darás los nietos que tu padre y yo tanto deseam
atara de obligarlo a algo que él no quería hac
ara ser la madre de tus hijos, p
en libertad de una vez por todas. -Zeynep lo dijo intentando s
o tener a mi lado a otra liosa como esta. -Dijo mi
riadas bajo nuestras tradiciones,
bre muy calmado que no gustaba de las confro
que nuestro hijo tome segunda esposa, además no me arrepiento de la elec
e diera puras hijas, por eso deb
or, ¿Podríamos
a, conteniendo a duras pena
con su suegra lanzando dardos envenenados en ca
liviada. Kerem no la había detenido, la soledad era u
hijo de ese hombre? -se preguntó con amargura. La
a habitación. La chica del servicio, c
ntido mal y la culpa a usted por ser tan irritante. Por favor, no le diga que yo lo dije. Sol
ecía imposible que esa muje
omida, no tenía hambre, le suplicó que dijera que había c
pa que traía, tomó la pijama para ponérsela, en ese momento entró Kerem, al observarla en ropa interior pu
ella se quedó estática, solo lo veía con los ojos muy abiertos sin poder
estás soñando, solo quería ver si eras capaz de
ó su mano y sin que él se lo esp
mano con la que lo había golpea
do -dijo la pobre chica mientras l
uno de los frágiles huesos de tu mano, a
sión ejercida sobre su mano estaba aumentando, ¿A
ara recomponerse, despué
no tendré la compasión que ahora
bservar un solo momento, esa noche le fue difícil conciliar el sueño, cada vez