e, tomó s
. Podía sentir el peso de la decisión en su pecho, la sensación de
go? -susurró, tratando de asimi
us ojos buscando los de Ale
ra eso, debemos dejar todo atrás, incluso nuestras identidades. No es una decis
o también estaba cansado de ese juego de sombras en el que se había visto atrapado. Y, por primera vez, sentía que tenía la posibi
ente,
. Me iré
lexander pudo notar que todavía quedaba un último rastro de preocupación en
de lo que deberían haberte permitido, y si decidimos salir... -Hizo una pausa, como si las palabras fueran demasiad
os de forma encubierta, y borrar cualquier rastro de sus movimientos. Alexa utilizó sus contactos para crear nuevas identidades para ambos. Alexander
, vendió su propiedad más visible y se deshizo de todo lo que pudiera rastrear su paradero. Era un proceso doloro
los esperaba un barco que los llevaría a su destino final antes de desaparecer por completo. El
stente de Alexander, quien había sido como un hermano para él. Alexander había dejado
! -gritó Lucas, ace
jando sorpresa y preocupación. Luc
cargada de desesperación-. La empresa, todo lo
uien más nos encuentra aquí, no t
tentara comprender la situación. Finalmente, Alexander se acercó a
e debo tomar. Eres la persona en quien más
dejando a Lucas atrás, quien los observó desaparecer en la pen
Alexander y Alexa comenzaron sus nuevas vidas, lejos de la influencia de la organización, en un lugar donde nadie conocía su historia
tranquilidad de su vida nueva, tenían que acostumbrarse a la simplicidad, a depender uno del otro sin las
a playa bajo las estrellas, Alexan
án a enc
con una son
quí somos invisib
no serían perfectas, pero en ese rincón apartado del mundo, tenían algo que el poder nunca les había
placeres simples: los paseos por la playa al atardecer, las cenas en pequeños restaurantes locales y los amigos que poco a poco fueron haciend
ranquilidad no du
distancia pero siempre cerca, con un aire de indiferencia estudiada que parecía calculada. Alexander sintió un escalofrío recorriéndole la espalda, y decidió alejarse sin llamar la atención.
cuerpo, pero su mente no podía dejar de pensar en el hombre del mercado.
a espina. No parecía un turista ni alguien del pueblo. Te
calma, aunque un leve destello
rlo-. Pero debemos mantenernos alertas. Sabíamos que esta paz
onas nuevas aparecían en el pueblo, algunas que parecían curiosas y otras que se movían con una discreción al
envejecido desde la última vez que se vieron. Tenía el
Lucas, sentándose frente a él-. No tienes i
erse calmado. Sabía que la situación p
ntó, tratando de ocultar la m
miró fi
suspiro-. Vine porque quería respuestas. ¿Por qué te fuist