cabello en el centro de la cabeza, era amigo del dueño de la discoteca. Este era
un allanamiento policial. En esa ocasión, cuando los presentes descubrieron
yó al suelo, siendo aplastado por algunos y estando a punto de
el gesto, pero, al enterarse de que ambos eran periodistas, les servía de informante
s son criminales con largo prontuario -les advirtió paseándose p
congresistas del estado. Un chico alto, pecoso y rubio, que se comportaba como si fuera una estr
rter, un joven de mirada escurridiza que no paraba de fumar puros mante
n sofá al otro extremo de la sala, frente a ellos,
ban para dar fuerza al artículo que
notaba ansioso por atender a sus clientes que ese día estab
parar su cámara para to
a seguridad -
en algo más gordo que un simple contrabando de información
u inquietud se lo impedía. Sentían que estaba
bandas, pero su jefe le había impuesto aquel caso como represalia por tomar las instalaciones del d
la noticia era más grande de lo que h
funcionarios públicos, sino que existía la posibilidad de que Jimmy Carter formara parte de una
hijo de un renombrado congre
acalorado y llamó a una anfit
ezar? -repr
r las fotos y salir sin meterse en problemas, pues había dema
guro hay más afuera y no dejan de vigilar a cada ser humano que está dentro de esta sala. Si nos
estamos hechos -ale
ás, que den la impresión de que Jim
l rostro en una m
se note que la conversación es confidencial -s
presencia de una rubia. Eso le hizo recordar a la mujer
de nariz afilada y mirada severa cuyo vestido ceñido revelaba un cu
sistir a una discoteca fueran universitarias desinhibidas de figura escultural,
que poseían sus fa
lar, así las fotos serían reveladoras. Ahora solo parece la reunión de dos jovenci
y. Luego de entregarlos, quiso retirarse, pero Ed
u abrigo y un lapicero para e
ntó cuándo ella se inclinó. La mujer dirigió su atención hacia el lug
S
ago de mi part
na se mostr
ás se
seg
los hombros co
-expresó con una sonrisa de superioridad-.
jada, pero casi enseg
atención de esos sujetos haci
tán pendientes de otras c
ó con ner
as a lograr que esa puta atienda tu nota y se quite de al
ncima a la rubia entrometida mientras veía cómo la an
ugaba el ceño con molestia cuando el hijo del congresista
invitaba a pasar una noche de «verdadero e in
ecibir sobre él la mirada furios
a. Hizo una bola en su mano con el papel y lo hundió en la bebid
rugó el ceño con nerviosismo al ver a Leroy c
rra y se levantó del sofá,
ó de disimular su enfado coqueteando con un
de Patterson los ev
lía a toda prisa de la zona VIP. Luego regresó su atención al sofá, quedando atrapa
se apretó contra los pantalones y lo hizo sentir incómodo, la ansiedad le bulló en las vena
mo, viendo como ella se perdía entre la gran cantidad
disfraces y banderines, de