ra arrancar de su pecho la pena que su voz transmite. Las palabras que suelta van saliendo atropelladas, alargadas y enredadas. ¿Qué la llevó a embargarse
una desilusión amorosa? ¿Tal vez un engaño? ¿Un amor no correspondido? Yo podría darle buenos consejos, pero mi mente está ahogada en este momento. No pienses mal de mí, no suelo beber. Es más. Ni siquiera sé por qué demonios he ven
uy sexy. Más las medias veladas y negras que se aferraban a sus muslos un poco más abajo de donde su falda caía, me cautivó y aumentó un calor muerto en mi más profundo interior. Las alas negras
sacó de mis turbios pensamientos-. Sea sincero conmigo
un hermoso cuerpo si tenía. Sacudí la cabeza con fuerza, en un intento de sacar de mi mente esos pensamientos tan atrevidos y pervertidos q
me a nada - resopló-. Te ofrezco una dis
ujer lo es, tú no debes ser la excepción - me
la belleza del ser humano, consiguen a su siguiente víctima y así sucesivamente. Aunque, tal vez, en alguno lugar el mundo hay quien se fije por quién eres en reali
eresante la forma en la que piensas... - en una
aminar con él. En un principio pensé era algún conocido, pero al ver como ella forcejeaba con él m
pista, por lo que el tipo de inmediato la soltó-. ¡Ni se te ocu
feró indignado-. ¡Ni qu
equilibrio de su propio cuerpo y cayó al suelo de rodillas. Fui con ella y la ayudé a levantarse sin siquiera
quedé de piedra sin saber qué hacer. Una parte de mí quiso alejarla porque era lo que correcto de ha
atétic
susurré en su oído-. Eres una mujer que no se c
palda a mi pecho-. Olvidémonos por un par de horas de la miserable vida que llevamos. Como bien dicen por ahí; lo qu
e un lado y hacia al otro, haciendo que experimentara un hormigueo por cada centímetro de mi piel. El roce de nuestros cuerpos me hizo alucinar. No deberí
ro escalofrío por todo mi cuerpo. No sé si era a causa del trago, o el aroma tan dulce de su perfume o el sensual movimiento de su cadera lo que me ll