más clases. Y cuando quise darme cuenta ya
tuve que despedir de Britt, ya la echaba d
lo mismo, aunque ya estaba acostumbrado a no estar tod
nico, ¿
estar llorando por los rincones por ella. Yo le respondí que él lo que tenía era celo
abreado. Pero no d
menzaba n
las copas, él se acercó con
ra que se te quite esa triste
a más corto que el mío, casi calvo y se había hecho otro tatuaje en
miraban esperando q
mi tarea- No soy como otros- y lo miré pa
arra y se subió en ella, tomó
regunto con fingida inocencia, ne
ueran apenas las ocho trei
eptaba ir conmigo al teatro a ver una obra psicológica que estaba en estreno.
ia sonrisa que no a
rdió el labio- están como un tren, pero cierto tienes novia- chaqueó l
o en absoluto, así que
e te estas tirand
go se terminó lo que quedaba en el vaso, y respond
la barra- lo que yo me fol
orizado por
sarse- lo regañe, pus
o por mis hombros- como s
pecé a organizar las cop
o yo, pero al menos no eres vi
ocaban. Le lance una mirada, dicién
preparatoria, con mi primera novia, la cual, por cierto fue un desastre. A la semana de habernos acostados me dejó. Esa fue
con ella, eran muchas, siempre estábamos muy ocupados con los estudios, ad
quie
eguía tod
ltaban y me volteé para verlo. Vamos
novia- sentí que mi cara se ponía roja, estaba al punto de tirarle lo prime
do como el cobarde que era, y me grit
ara la salud, tío,
o hicieron ningún comentario, gracias
as que se, que no son mucha, pero Britt tampoco era de esas que pensaban en sexo
s de hacer el amor. Pero, por ahora me conformaba con lo que teníamos, y no lo cambiaría por nada. Tenía mi futuro p
opinara Bruno ni nadi
bar comenzó a llenarse y Bruno se incorporó al otro extremo de la barra para comenzar a preparar las bebid
dose y frotándose unos con otros al ritmo de la música, si era que aquello se le llamaba bailar. Mis manos se movían rápidamente, preparando y entregando bebidas a todos los que se acercaban a la barra. Ya estaba más que acostumbrado a todo esto, al ruido,
porque claro está que sobrias no lo harían, a esos hombres que venían ahogar las penas en el alcohol por c
scansar las manos, mientr
, hablando a gritos, bailando, besándose. Todo parecía bajo control.
os latidos acelerados de mi coraz
son
a pero ella solo t
. Le dio un trago a su cóctel San Francisco, sin alcohol, sin dejar d
er
ontrol, mi cuerpo estaba fuera de control. Esta morena me hacía
os de ella. Las chicas de la barra ya estaban un poco borrachas, pero eso no impedía que vi
hica que había conocido en la cafetería. Ella no apartaba sus hermosos ojos neg
asaba a e
os no dejaba
podía apartar m
sencilla o que estuviera
de diosa, una figura atlética, a l
camino en dirección a la
piel, unos tacones no muy altos, un top negro que solo cubría sus grandes senos y encima la misma chaqueta neg
ron mi cuerpo, aunque no
ra mirarla, ella sabía el efecto que causaba y a
a de mí, solo nos dividía la bar
Y me quede
alie
sonr
que s
la. Tenía que controlarme, como odiaba sen
l rabito del ojo veo que el tipo se come con sus ojos a la moren
de hacerlo me esto
en si
rle la bebida al hombre y así
a copa nena?-le
a lo miro cuand
, mi chico
itar ruborizarme de pies a cabeza. ¿Ac
ión. Le entregué la bebid
abía que era tu
denada sabe lo que me hace, me es
nas chicas y cuando se aleja
deseas
smo-co
iota porque ella sabe que la he estado mirando. Así que
cerlo nuestros dedos se rozan, algo que no se explic
mismo, estoy e
ayos tiene
mente mis man
de
me
a sin dejar de mirarme, pone la copa e
eeman –y