esta mañana me ha quit
solo quería que so
die. Pero quizá por
tos. El primero: relajarme un po
nas de irme con
me toparía con él. El
e veía muy guapo con
o saber que m
no dejaba
naba. Otro en su lugar ya me habría invitado a su casa y no precisamente a hablar. El guapo barman ni siqu
ría de quitar
ebida, un San Francisco, sin
ue era hora de presentarme, le tendí u
jores sonrisa, esa que solo reservaba para l
sin saber
stá dando
e dejarme con la man
mí fueron horas tomó mi mano entre
de
manera que no puedo explicar,
uando me toqué
ferente, porque retiró su mano com
e no fue mi hermoso rostro y se
e jo
edé esperando que también se presentara pero al ver que n
vas a deci
mir
mir
tú no haría eso bebé, o la próxima vez la q
mm...
o que intimido un poco, y eso dificulta que se me acerquen. Per
si
acos
mbién, pero
e sonrojó de tal manera
siento, mi nombr
ono es, me lo
–repito --
a una banda de borrachos que no hacían más que mirarme las tetas, si alguno se atrevía a tocarme le iban a sacar de aquí en una camilla. Pero me olvidé de ellos y me concentré en Joshua. Sabía que sus ojos eran verdes porque los había visto en la cafetería, pero por la falta de luz que hab
o lo que podía ver, gracias a que la barra lo tapaba de cintura para abajo. No iba al gimnasio, eso ya lo sabía, pero eso
n era el imbécil que se atrevía a tocarme este ya es
iré seria, no quería que se tomar
o para tirarme al novio de una amig
feme
s meterme mano, conozc
, creo que me equivoqué -¿t
voqué, eso tuv
aquí con mi amigo –y miré a Joshua,
a que me dejara en paz. Dare le echó un v
, ya nos
soña
a que se fue molesto, y como yo
se j
an, quien estaba tan concentrado e
para que me pr