por un
en realidad jamás creí que llega
ó suavemente aquel misterioso hombre, quien
expresión de incredulidad al escuchar ese monto, estaba segura
to ingenuo o hasta desesperado, pero el rostro del hombre demostraba segu
o hacia la rubia, deseando agarrarla y no soltar
entos, acercó lentamente su pequeña mano hacia la de quien sería su primer cliente, pero
lo h
hacia la voz ronca y ll
r a su jefe mirando al hombre c
ció colocándola detrás de él
mbre sensato, que elegía la diplomacia antes que la violencia, pero en ese momento sentía que había perdido
e sorpresa y sus ojos celestes tan suaves y cariñosos, se contuvo y se tragó la ira. Ella cono
io, no podría soportar que esa
scondiendo su ira- Pero la seño
chasquido de mis dedos, así que ¿Porqué no te vas por tí mismo
afilada, cuando Celeste salió de detrás de su j
o de la muñeca y arrastrándolo a través de una
nciado desde lo lejos toda la escena con curiosidad, el remate lo dejó con la quijada contra el suelo,
lados- ¿Qué crees? Tengo novedades d
mullidos sillones quedando con las piernas abiertas y mirando hacia la rubia que se cernía delante de él como
mano abierta y él l
te- exclamó con serieda
o, hasta que no viera los 500 dólares en su mano y pudiera olerlos para saber que fueran reales no
ra y le entregó varios billetes de 100 que Celeste revisó con sospecha
podía
estido y se alejó del hom
deslizó con gracia hacia el caño que estaba en medio de una tarima que atravesaba la habitación y c
anos era insoportable, todo su cuerpo quería estar cerca de esa rubia que parecía volar como un gorrión que escapaba de sus a
bache se levantó de su asiento
le dijo que se alejara, lo dejó acercarse como un carnívoro que se deslizaba con cuidado hacia su presa, pero a diferen
todo" pensó a
.
cliente que había derramado su cerveza cuando vio a su jefe atr
baño- le dijo a su compañera de b
atravesando la cor
bula apretada. La mujer no tenía que preguntar más nada para deducir que era algo que ten
evo al privado- exc
ceja y puso sus bra
es bueno para Celeste, ha esta
ien que yo p
bien- dijo como si fuera lo más obvio del mundo, pero sabía
así se volteó y caminó hacia el privado donde aquel idiot
nsamblada junto con su hermanito menor, Celeste siempre había sido la prioridad para Dany, lo que menos quería era terminar sin trabajo por una estúpida discusión con el dueño del bar, aunque fingía que todo estaba bien en su vida y tenía todo resuelto, la ve
o- murmuró mientras
Una tímida pero pecaminosa sonrisa se dibujó en su rostro al ver que Thomas se acercaba más y más. Giró y se frotó con clase pero erostismo
e suelo, no la soltó, en cambio comenzó a retroceder llevándose consigo a su ángel hacia el sillón mullido y a
y bajar contra el suyo y sus piernas rozar los costados de las suyas con pudor pero deseo. Estuvo a punto de comerle la boca allí mismo, probar esos
vantarse del sillón con una expr
gruñó aquel hombre que comenzab
iente. Si llegaba a ofenderse perdería su dinero y aun p
Thomas, esperando su oportunidad para golpearlo si intentaba siquiera acer
acudiendo su ropa con calma, luego sacó su billetera y la rubia temió que le pidier
ste pero no tanto como para que el jefe lo
el de entre sus dedos, Celeste lo t
a media sonrisa y salió de la habitación con la frente en al