de Amir, su conversación en el zoco, y su revelación como príncipe de Qatar seguían dando vueltas en su mente, como si su subconscient
una blusa de lino y unos pantalones frescos, lista para enfrentar el calor de la ciudad. Su plan inicial era visitar el M
el portero se acer
tromisión -dijo en un tono corté
La notaba un poco arrugada, como si alguien la hubiera escrito deprisa.
una pequeña celebración esta noche en mi residencia. Será una oportu
residencia" con tanta formalidad, y menos aún alguien de la realeza. Estaba claro que Amir no era una persona común, y
ascinante. Alicia se quedó absorta observando las vitrinas con manuscritos antiguos, cerámicas y tejidos que contaban la historia de siglos de arte y cultura islámica. Sin embargo,
-
, pero optó por un vestido largo de color azul oscuro que había llevado "por si acaso". Era sencillo y elegante, y aunque no era de lujo, s
ble, la saludó con una inclinación de cabeza y le abrió la puerta. Durante el trayecto, Alicia observaba las lu
La casa era una mezcla de arquitectura tradicional y moderna, con grandes columna
a la residencia Al-Thani -dijo
uando una mujer vestida con una túnica el
ariam. El príncipe Amir la espera en
ano y cuadros que mostraban paisajes del desierto y escenas de la vida tradicional qatarí. La
ía túnicas tradicionales, y se notaba que cada uno de ellos pertenecía a un mundo de elegancia y distinción. Alicia sintió una punzada de nervios
ó al verla, dejando su conver
ijo, con una mirada sincera y cálida que la
estaba un poco nerviosa -
ocuparte. Ven, quiero pres
, quienes la recibieron con una amabilidad que la hizo sentir más cómoda. A lo largo de la noche, Amir no se separó d
cia, desde donde se podía ver la ciudad iluminada. La vista era impresionante, con las
al mío -dijo Alicia, sin ap
o, en realidad, en el fondo no somos tan diferentes. A veces, lo qu
endida por la profund
tó, curiosa-. ¿Sientes que tambié
r unos segundos, mirando l
ene grandes recompensas. Hay días en los que me siento libre, y otros en los que siento
o de las olas en la distancia le dab
ar lo que es llevar esa carga -dij
sidad que la hacía sentir vulnerable, como si
omo no puedo hacerlo con nadie más. Es extraño, pero liberador. Es
ué responder, pero sentía lo mismo. La conexión que habían establecido era ta
ce más sencillo -dijo, intentando expresar lo que
da por Mariam, quien se acercó
interrupción, pero su padre
a Alicia, disculpánd
ruta del resto de la noche. Eres
ndo el balcón por un largo rato, pensativa. Amir era un enigma, un misterio que la atraía cada vez más, y aunque s
ncuentro la había marcado, y que quizás, aquella hi