stino, abrí la puerta
e las olas chocando contra la
los promotores se habían adueñado de
restaurantes y lujosos bloques de apartamentos en
n muy pocas casas unifamiliares en ese
tan grande c
ucía a un bungaló de dos plantas,
mi alrededor y noté que no hab
nibal Lect
arecían cada vez más a las primera
estaría viva para la ma
hay que
che y luego se dirigió
ué el brazo, sintiendo lo frí
brisa nocturna o por miedo, pero ya
ino me empujara hacia ade
puso su pulgar en la cerrad
ndos, la puerta se a
luces del vestíbulo se
la lámpara de araña, tuve
de estar, la cual era limpia
onos negros, bl
las paredes y los esc
entro y el mueble de la
alfombras y los t
evidente que ninguna m
s zapatos de cuero y
ar para mí, iguales a l
e me quedaran, por lo menos
stás sedienta? Puedo dart
cias. Es
da, ¿qué te parece si su
tí y lo seguí co
oj sonó en algún
a enojado si yo no hubiera re
me vio salir de nuestro hogar, n
e a él no le importara en lo abs
debería sentirme c
a de remordimiento de mi interior y su
ué al dormitorio princi
í desde hace algunos momentos, pero
puerta deslizante de cristal que ofre
erqué al balcón, desean
s fuertes brazos me
erar", me susurró con su cáli
ento en la espalda, y lo cerca q
rme de su calor, inclin
es en verdad tenían temperaturas c
se tornaban cada vez más rojas y cali
mo grandes tenazas, por lo que
ba at
a cosa llamó mi
fuente de calor detrás de mí, muc
arme antes", le dije l
é que mi voz se h
amente que él no s
ño apoyó su cabeza en mi
no me dejaría, pero mucho
segunda puerta a la derecha. Al
bre de su agarre, respir
ado cuenta de lo fuert
sentía y fui de inmediato al cu
puerta y busqué torpement
é en el espejo, notando que mi mirada
ba muy sonrojada y mi
do negro hasta la rodilla
ada que lucía, dirigí m
do con el mismo estilo que la s
blanco y negro, ju
ón tenía un marcado con
ta de que estaba de pie en el
ido con el que tendrí
a meditar en mi relació
or cuatro años y lleváb
ra cuidado con mi esposo, porque a los siete añ
ya que sabía que Lando
mar mi mano, a mí, la muje
portar el tocar
seis años en llegar a
esarme, ¡pero co
y mucho menos ninguna
misma cama, cada uno
taba a punto de entregarme
era vez, de la frialdad en mis pies o de los últimos rezago
e arrugó por estar bajo el a
scuché que alguien tocó
ogí una gran toalla esponjosa d
a demasiado tarde co
r hacer el
a su auto y vin
ad entrar en
ocó una pistola en la cab
ué estaba dudand
ser una cobarde y me
l estaba parad
i has cambiado de opinió