a sentía como si la estuv
la visión borrosa cuando tanteo a su lado y encon
ulino la invadió dejándola atónita, mientras s
él no le dio una sola oportunidad, por
endo repulsión por ese beso, ya qu
r qué estaba
la parte baja de su cuerpo; era una se
.
illaba traspasando las lujosas cortinas de la ventana
or todas partes, mientras el leve aroma de las personas que habí
ra de una chica se podía adivinar debajo del fi
ra, tan blanca como la nieve, contrastaba con su cabello negro que caía suel
s flores del cerezo ad
do de la puerta que se abría de golpe y aunque
entrada, ella los vio allí parados: su suegra, su cuñada y el feroz
mientras recorría la habitación con la mirada para examinar el piso y la decoraci
rmitorio! ¿Qué si
", preguntó con
ritó: "¿Cómo te atreves a preguntarme dónde estás? ¡D
uieres
ido la noche anterior, pero no pudo hacerlo. Las imágenes de sí misma
"Ysabel, toma una foto de tu cuñada en la cama donde se aco
hombre?". El cerebro de
n sacudió la cabeza, tratando de explica
nuera, de una manera tan violenta que le enderezó el cuello, dejando al descubierto
o que todo eso se vea con claridad
u madre, mientras replicaba con tono burlón:
marcas que tenía en el pecho. En ese instante, al
seaba que hubiera sido
la miraban con desprecio, como si estuviera mirando un pedazo de basura. "Muy bien, Vivianna. Te atreviste a serme infiel tan
él se alejó
pálido que parecía que en un segundo
ivorciars
estaba desnuda, por lo que se aferró a la manta con fuerza tratando de
irándola sobre la cama, por lo que ella se q
la vergüenza de la familia. Déjame decirte que no toleraremos que una mujer