bitación. Gabriel sintió un peso en el cuerpo, como
el techo. Algo se sentía extraño, aunque no podía d
aminó hasta el baño. Se mojó la cara con agua fría, tratando de despejarse. Cuando levantó la vista, se encont
miste
l parpadeó, dándose cuenta de que llevaba demasiado ti
olo estoy un
a su teléfono. Su hermana mayor, Natalia, bebí
o quiero que olvides nada -dijo su mad
lo que dijo, sino la forma en que lo dijo. Exactam
-dijo en
¿
erando? ¿O realmente lo había
ad
de reojo, frun
eces
staba atención en las mañanas, y menos para
ngo sueñ
de volver a su libro, murmuró algo en vo
s que te
intió un
Có
aba mirando. Actuaba como
l estómago. ¿Lo
era de las que dec
-
oche
e la mañana lo ayudó a despejarse un poco. Aún te
tro lado de la calle. No era cualquier coche. Estaba dema
sobre su espalda. No se giró, pero pudo verlo
to del conductor. No hacía nada, no miraba el
apresuró
-
que nadie p
mos saludos de compañeros, los mismos comentarios de los prof
uel en el patio, sentado en su lu
en la última fila ayer? -preguntó Gabrie
frunció
é ch
ó un vacío en
de nosotros -insistió-
egó con
bía na
a. No solo era que no la recordara, sino que hablaba con una segur
stir, pero un fuerte pitido
eso a la biblioteca estará restringido después
hizo un
ora
ó Gabriel-. Pero
te a la biblioteca. La puerta estaba cerrada con llave
edó q
El
paldas, hoje
avemente
le
quedó
intió un
ez, pero cuan
ya no
bía sostenido y
aba muy,
-
smo d
madre lo recibió con la
te fu
¿qué le diría? Mamá, creo que alguien está manipulando l
l -respondi
ió, volviendo
-dijo de nuevo, exactamente con la
intió un
ás. Durante la clase, había sentido la mirada de alg
resencia
en la calle oscura, el