ÑOS D
mica que llevaba en las manos. El calor del mediodía le hacía sudar la frente, y la camisa azul que llevaba puesta ya tenía mancha
ercado de perfumes y joyas ella le había cambiado el nombre a la empresa cuando se unió con su amiga Mariana. Una hermosa, joven y con una mirada que imponí
l mármol de la oficina o por la manera en que golpeaba la puerta de su despacho al entrar. No era fácil
dirigió directamente a la oficina de su jefa. Golpeó dos v
n voz baja, colocando la bolsa cuidadosamente
eva colección. Su mirada no se despegó de la pantalla, sus dedos seguían haciendo cl
telo -contestó So
frunció
er
a la basura, haz lo que quieras con esa comida, pero déjam
ina sin decir palabra. Caminó hacia su escritorio en el área administrativa, bufando como un toro. Un
lo que te dije ... O es que eres sordo. ¡Ahhhhh! Me tiene aburrido. Si no pagara tan bien, seguro ya habría renunciado. Pero t
amigo, Roger, con una sonrisa en los labios. Se sen
ndo sol
antó la mira
mismo. Me manda por el almuerzo, y cuando lleg
es la jefa. Un día está bien, y a
eor es que hoy ni siquiera desayuné. Pensé: bueno, al menos me como
idad, dándole unas pa
e un santo. Y ese hijo t
ó, tragando sal
ra mí. Solo por él
legante y una sonrisa amable. Era Fernando García, el padre de Sofía y fundador de la emp
-saludó con calidez-. ¿M
portable -respondió Santiago llevando teatralmente la mano al pecho, como si hu
eme un café, por f
a, señor Fernando -contestó
nó hacia la puerta de la oficina de su
a, h
dureza que tenía se desvaneció ap
Pa
tranquilidad, tomando
no almorza
las sienes, visiblemen
La colección saldrá en un mes y todavía no tengo claro cuáles elegir. Mira.
a la pantalla. Observó l
mujeres, el tres para hombres
. Aquella sonrisa que parecía olvidada
á. Siempre sa
. Eres capaz. Pero recuerda que también eres humana. Puedes equi
to, la jefa dura y exigente desapareció. Solo
l mundo me ve como una líder, una empresaria implacabl
antó y la rodeó
nes a gente buena en este lugar. Santiago, por ejemplo... sé q
ías que lo hizo caminar horas bajo el sol, en los pedidos absurdos, en los desp
verlo con otros ojos y acep
inua