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Historia
Bajo la piel del león

Bajo la piel del león

Autor: Atena S
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Capítulo 1 El precio de la vida

Palabras:1799    |    Actualizado en: 12/04/2025

: El preci

blancas, frías e impersonales, carecían de consuelo. Sofía se abrazó las rodillas, sus manos temblorosas apretadas con

r un momento los ojos de ella, como si buscaran

e ha extendido. Necesitamos comenzar un tratamiento de inmediato, pero... -hizo una pausa, pesando sus siguientes palabras- El co

de Sofía

rédula, su mente luchan

ría. Pero es lo único que podría ayudarla -res

era todo lo que tenía, su única familia. No había padres, hermanos ni ahorros que pudieran hacer frente a esa cifra exor

a, en la mejor hija. Siempre responsable, siempre enfocada. Nunca salía, nunca se di

n rumbo por el pasillo del hospital. La desesperación le dejaba u

prestarle esa suma astronómica. Nadie que p

a tejer una red de caminos oscuros. Una

-

do su familiaridad, y ahora le parecía más fría, más vacía. Su madre, en la habitación de al lado, dormía con un aire que destilaba fragilidad, como si cada respiro fuera una lucha. Sofía no

voz familiar la s

mejor amiga. Llegó con una bolsa de snacks y dos latas de cerveza

miró, con los ojos enrojecidos, la

Es cáncer... estadio IV -susurró, sintiendo

eflejaban la tristeza y la impotencia. Luego, tomó su

i... lo si

os... -la voz de Sofía tembló, la desesperanza la

labio, y su mirada

el doctor? ¿N

ce pronto... -cerró los ojos con fuerza, apretand

aliviar el dolor de su amiga. Transcurrieron varios minutos, antes de que se

ía, confundida, viendo cóm

a estudiando todos estos años. No vas a pasar

tengo cabez

bes bailar, reír, sentir que aún estás viva. No te estoy pidiendo que olvide

o ropa p

isa suave, sin perd

po, con un escote audaz en la espalda y tiras finas-. Sexy, atrevido.

los ojos

a prostituta con tu r

por hoy. Un club, unas copas. No vas a una iglesia. Te prometo

ntiéndose vulnerable. Pero quizás Valeria tenía razón. No

profundo, susp

. Pero sol

onrió con

es mi

bros descubiertos, el escote pronunciado y el dobladillo que apenas cubría

na prostituta -dijo,

mientras aplicaba un poco

ás... -le guiñó un ojo- tienes veintitrés años y no sabes lo

.. -Sofía miró sus pechos en el escote y se cr

se rió

Créeme, ya quisieran muchas. Esa cinturita, ese cuerpo... N

-replicó Sofía,

mera noche, y vamos a

le hizo unas suaves ondas que enmarcaban su rostro. Después, tomó

caba sombras oscuras que hacían resaltar

rando un poco co

rame pero no me toques". Sexy y peligro

escapó en los labios. Cuando Valeri

. ¿Qué

staban pintados de un rojo profundo, sus ojos delineados con intensidad. El vestido m

la asu

todo lo que

sonrió s

sta noche vas a roba

iró hondo,

o me dejes sol

un ojo-. Ahora súbete esos ta

ó el comienzo de una noche que

aba hasta el suelo, y una fila de gente esperaba para entrar. Valeria se bajó primero, saludando al portero con famili

ia, tomándola del brazo-. E

or era una explosión de luces, cuerpos bailando, risas, copas en alto. Sofía se

aída por las pantallas y las luces, no vio al hombre que v

r de lleno contra un pe

ando gotas de whisky sobre su brazo. Sofía dio u

jo apresurada, sin atrev

silencio, con esa presencia imponente que parecía detener el m

la. No f

os lentamente...

uapo que había

n perforar el alma. Su brazo derecho estaba cubierto de tatuajes, y aunque llevaba una camisa negra de seda, el contorn

eg

ese era el nombre del león

-murmuró, y sonrió de lado con una mezc

responder, él ya había seguido su camino entre la gente, per

reció justo

ien? ¿Qué

como si desperta

solo choqué

ia, mirando hacia donde había desaparecido Diego-

erza sin razón aparente. Algo en él... en e

cente era solo el inicio del

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