: El preci
blancas, frías e impersonales, carecían de consuelo. Sofía se abrazó las rodillas, sus manos temblorosas apretadas con
r un momento los ojos de ella, como si buscaran
e ha extendido. Necesitamos comenzar un tratamiento de inmediato, pero... -hizo una pausa, pesando sus siguientes palabras- El co
de Sofía
rédula, su mente luchan
ría. Pero es lo único que podría ayudarla -res
era todo lo que tenía, su única familia. No había padres, hermanos ni ahorros que pudieran hacer frente a esa cifra exor
a, en la mejor hija. Siempre responsable, siempre enfocada. Nunca salía, nunca se di
n rumbo por el pasillo del hospital. La desesperación le dejaba u
prestarle esa suma astronómica. Nadie que p
a tejer una red de caminos oscuros. Una
-
do su familiaridad, y ahora le parecía más fría, más vacía. Su madre, en la habitación de al lado, dormía con un aire que destilaba fragilidad, como si cada respiro fuera una lucha. Sofía no
voz familiar la s
mejor amiga. Llegó con una bolsa de snacks y dos latas de cerveza
miró, con los ojos enrojecidos, la
Es cáncer... estadio IV -susurró, sintiendo
eflejaban la tristeza y la impotencia. Luego, tomó su
i... lo si
os... -la voz de Sofía tembló, la desesperanza la
labio, y su mirada
el doctor? ¿N
ce pronto... -cerró los ojos con fuerza, apretand
aliviar el dolor de su amiga. Transcurrieron varios minutos, antes de que se
ía, confundida, viendo cóm
a estudiando todos estos años. No vas a pasar
tengo cabez
bes bailar, reír, sentir que aún estás viva. No te estoy pidiendo que olvide
o ropa p
isa suave, sin perd
po, con un escote audaz en la espalda y tiras finas-. Sexy, atrevido.
los ojos
a prostituta con tu r
por hoy. Un club, unas copas. No vas a una iglesia. Te prometo
ntiéndose vulnerable. Pero quizás Valeria tenía razón. No
profundo, susp
. Pero sol
onrió con
es mi
bros descubiertos, el escote pronunciado y el dobladillo que apenas cubría
na prostituta -dijo,
mientras aplicaba un poco
ás... -le guiñó un ojo- tienes veintitrés años y no sabes lo
.. -Sofía miró sus pechos en el escote y se cr
se rió
Créeme, ya quisieran muchas. Esa cinturita, ese cuerpo... N
-replicó Sofía,
mera noche, y vamos a
le hizo unas suaves ondas que enmarcaban su rostro. Después, tomó
caba sombras oscuras que hacían resaltar
rando un poco co
rame pero no me toques". Sexy y peligro
escapó en los labios. Cuando Valeri
. ¿Qué
staban pintados de un rojo profundo, sus ojos delineados con intensidad. El vestido m
la asu
todo lo que
sonrió s
sta noche vas a roba
iró hondo,
o me dejes sol
un ojo-. Ahora súbete esos ta
ó el comienzo de una noche que
aba hasta el suelo, y una fila de gente esperaba para entrar. Valeria se bajó primero, saludando al portero con famili
ia, tomándola del brazo-. E
or era una explosión de luces, cuerpos bailando, risas, copas en alto. Sofía se
aída por las pantallas y las luces, no vio al hombre que v
r de lleno contra un pe
ando gotas de whisky sobre su brazo. Sofía dio u
jo apresurada, sin atrev
silencio, con esa presencia imponente que parecía detener el m
la. No f
os lentamente...
uapo que había
n perforar el alma. Su brazo derecho estaba cubierto de tatuajes, y aunque llevaba una camisa negra de seda, el contorn
eg
ese era el nombre del león
-murmuró, y sonrió de lado con una mezc
responder, él ya había seguido su camino entre la gente, per
reció justo
ien? ¿Qué
como si desperta
solo choqué
ia, mirando hacia donde había desaparecido Diego-
erza sin razón aparente. Algo en él... en e
cente era solo el inicio del