net
onde su nombre encabezaba el título posiblemente amarillista, no le conozco, pero su
char, su voz eran tan ronca que le hacía justica a su rudo aspecto. Escuché mucho
ante y de repente la idea de abandonar el salón de conferencias se
o delante futuro escritores, profesores y lo que sea q
ener el control de mí. Me removí en incómodamente en el asiento, ese familiar síntoma que suele dar el primer paso para minutos más tarde sufrir un ataque de ansiedad se hizo present
te ocur
allí. Tomando mi mochila, me dirigí hacia la puerta trasera, y cuando estuve a punto de abrirla una m
rencia? Es esencial para el av
o que no pienso ponerlo al tanto ahora, rodeada de personas que están abso
bo retirarme S
dí levemente mi brazo y continué
*
a un escritor que todos admiran, yo en cambio, estaba sentada aquí en dirección. Posiblemente mi carrera académica esté
ción, no te forzaremos a contin
visual conmigo, sus ojos almendrados transmitían cierto cansancio
nte Señora Edwards,
y se inclinó un poco hacia adelante.- Quiero que sepas, que puedes contar con nosotros, y estás en todo t
ace seis veces. Estuve en lo que parecía ser un congelamiento, quedando en una nebulosa de s
r mis metas a un lado, r
tener paciencia conmigo, porque estar aquí y rechazar hasta posponer lo
de vista mucho más moderno. Entiendo el hecho que no desees estar rodeada de gente ahora, pero realizará un completo
en el ahora, debo empujar la ansiedad y los miedos muy lejos
de sus asistentes o algo a
esentará. Suele llenar mucho los eventos, en el caso de que te quedes sin entradas, de
do papel con letras impresas, me levanté d
mo esperaba que lo fuese, pero, ¿cómo se puede pla
cinco meses que no conduzco, de hecho, hace más de cinco meses no hago tareas tan c
mí misma y aún no sé cómo regresar el br
nado, me maldije interiormente por no tener resistencia y soportar tres horas más escuchando a un hombr
la ansiedad aguda, es que trae consigo otros trastornos realmente agotadores, y desde que viví aquello que me rehusó a mencionar en voz alta, estar e