fuera de lugar en mi calle de tierra como un di
las páginas de sociales del periódico. Llevaba un vestido blanco imp
a, ¿v
y falsa, como el
dé en la puerta, bl
o, haciendo un gesto vago. "Entendemos tu dolor. Y ta
diseñador y sacó
lvides de este desafortunado incid
a rabia empezó a hervir en mi pecho, c
ije, mi voz temblando. "Fue un as
e la mujer s
do el mundo lo sabe. Deberías estar agradecida de que te o
s amenazas. Un reportero, con una sonri
omportamiento violento y estaba involucrado en el narcomenudeo. Su abuela, conocida por
el te
ía dejado caer antes de irse. Lo tomé, salí de la casa y cami
edir permiso. La esposa del
Los billetes se esparcieron
or de los últimos días salieron en esa única frase.
la como si fuera una cucaracha. Su rostro
ás de esto, vi
polvo y la certeza de que mi vida e