úmero veinticinco, y todo parecía perfecto, casi como un sueño. Las luces de colores parpadeaban en las paredes, mis amigos reí
la luz que guiaba mi mundo. Estaba tan segura de que esta noch
Te juro que hoy t
ía organizado la fiesta, la manera en que sus ojos no se apartaban de mí. Llevábamos tr
la sala. El murmullo de las conversaciones se apagó. Todos los ojos se po
rar a una persona muy especial," comenzó, su voz era prof
onrisa, sintien
o un cambio sutil en su tono, algo que no pude identificar, pero que me provocó u
sando que era el preámbulo de una declara
da por una máscara de frialdad que nunca antes le había visto,
die entendía. Yo tampoco. Lo miré, confundida, buscando una
é hablas?" mi voz s
. "¿De verdad no lo sabes, Sofí
ada. Esto no pod
como un cuchillo, "tu hermano, Ricardo, le arru
a historia que Alejandro siempre se había negado a discutir en detalle, diciendo que era demasiado doloroso. La historia que y
Y por tu familia, ella lo perdió todo. Así que pensé, ¿qué sería
se habían transformado en máscaras de horror y confusión. El
ue una mentira. Cada momento fue parte de un plan para hacerte sentir exactamente lo que sentí yo cuando vi a C
mi rostro descompuesto c
n tu día más feliz. Así como t
llas, pero no podía moverme ni hablar. Era u
ando en serio," logré decir.
ientas una fracción del dolor que ella sintió. Quiero que esta
por mis sollozos ahogados. La gente empezó a murmurar, a mirarme con una mezcla de lástima y
us brazos. No sentía nada más que el eco de sus palabras, rompiendo cada recuer