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tal y el monótono pitido de las m
ios azules, luchando por respirar en mis brazos
enla! ¡Mi hija no
os se ahogaron en el
el padre de Camila,
su hijo están más graves! ¡A
, pero la insistencia d
u hijo a la ambulancia, dejándome a la or
ta de atención, por la negl
tada. El sol entr
. Una hora antes de q
mi espalda. No era un
za desconocida, me había d
cometería e
, Camila

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