, un lugar en las afueras de la ciudad con una vista espectacular. E
o me provo
ugar se iluminó de repente. Cientos de lucecitas de hadas colgadas en los árboles, un cami
a película romántica. Una p
iró, con una s
ento fuera perfecto. Un nue
o la misma caja de a
, quiero pasar el resto de tu
er, una voz aguda y llena de
ué crees que es
stro descompuesto por la ira. Sus ojos, normalm
e! ¡Un acuerdo para conseguir lo que n
tó de un salto, vi
ahora no. Vete a c
ñaló con un dedo tembloroso, "eres solo un medio para un fin. Un banco d
. El silencio era total, solo roto p
perando que la negar
a cabeza, incapaz d
io fue su
cupación. Una mentira monstruosa para arra
intiendo que el mundo se d
jos no vi amor, ni culpa. Vi desesperación
e está muriendo. Su corazón ya no puede más. Los médicos dijeron... que
labras cada vez
que quisieras. Y al final... harías el acto de amor más grande. Salvarías l
La donante.
ás profundo de mi ser destrozado. Me reí hasta que las lág
si me hubiera vuelto l
risa histérica, mi telé
a un número desconocido. Contesté
ta Sofía
oz todavía tembl
usión terrible con su expediente. Al parecer, se mezcló con el de otra paciente. Quiero confirmarle que usted
que siguió f
a
botando en los árboles, en las cara
de Alejandro pasó del pánico a la incredulidad total.
errumbado. La oveja que llevaban al matadero acab
ustó hasta a mí misma. "Estoy sana. No me voy a m
a estaba paralizado, con el anillo
le susurré, mi voz goteando un ven
o en el dedo. Le
sábado. No puedo esperar a
s, las lucecitas, y a las dos personas que habían planeado mi
ba, marqué el n
un boleto de avión a Viena. Solo d
una boda
ia no iba a