es finalmente la reconoció como su hija biológica. La mansión era enorme, impersonal, llena de lujos que no le ofrecían ningún calor, y las miradas de s

ado su lugar durante todos estos años, ella estaba vestida con un diseño

a dulce pero cargada de veneno, "tenemos que ver si de verdad per

silencio era una aprobación tácita, un

reguntó Sofía, su v

as. Te he quitado ocho cosas desde que llegaste, cosas sin importancia, para ver tu reacción, pero ahora vamos por la nov

entina, la habitación con vista al jardín que se suponía era suya, incluso su lugar en la foto familiar, donde Vale

lentina con una sonrisa triunf

o. ¿Ricardo? Su Ricardo, el único pilar de

me lo entregas, si lo dejas y me dejas tenerlo, te daré diez millones de p

crueldad en sus palabras, la forma en que in

estía su ropa de siempre, jeans y una camiseta sencilla, parecía fuer

a él, ignorando a Sofía por completo. "Te estaba esperando, he est

la tomó de la mano, su toque era firme y cálido. Luego, se giró

ú," dijo Ricardo, su voz resonó en el silencioso salón. "Am

s ojos mientras Ricardo la abrazaba, protegiéndola del veneno de Valent

había demostrado su lealtad, la había defendido. Quería agradecerle de nuevo, así que subió la

rumpir, pero las palabras q

or, completamente diferente al del hombre que la había abrazado hacía unas horas. "Valenti

mano a la boca pa

a, y Valentina será la primera en caer, usar a Sofía fue la mejo

, diciéndole que era todo lo que podía permitirse. Ahora entendía que todo era una mentira, él no era un

ra la pared, sintiendo cómo el mundo se desmoronaba a su alrededor. Ricardo no la amaba, la estaba usando de

, su corazón estaba hecho pedazos. No encontró a Ricardo, sin

eguntó su madre, Laura, si

tó a Ricardo, él me defendió, significa que gané la apuesta, pero ya no me import

su periódico, "No seas dramática, Sofía, es solo

do atormentando desde que llegué! ¡Y usted

scapar de esa casa, de esas personas, de la mentira que

tes había sentido. "Quédate con tu premio, con R

villano principal de su tragedia, y ella había sido demasiado ciega para verlo. La traición dolía más que cualquier i