ños de mi hija Camila, intentaba, por quinto año cons
inclinó hacia Sofía y susurró: "Espero que mamá y pap
"Pronto verás tu deseo hecho realidad", y después, me
a garganta, solo para escuchar la aterradora verdad: "Solo
sacrifiqué mi carrera y mi vida por ellas, fui visto como un simpl
or completo. Así que ¿esto era todo? ¿M
mí. Pero justo cuando la desesperación me consumía, un sistema