lamó "esposo" estaba cargada de intención: no solo le estaba recordando su relación, sino que era más
oz baja y cargada de furia, mientra
e podía romperle el hueso, pero no era
l corazón con un cuchillo y, con cada respir
surró, mirándolo a los ojos, con un
sus palabras lo hubieran quemado. "Ya te dije que Haley y yo no cruzamos nin
ía el dolor extendiéndose por su brazo
o te atrevas a hacerte la víctima", sent
vuelta, y metió al carro, cerr
ntana. Antes de que pudiera abrir la puerta, Jazlyn y Haley l
s dejó atrás, mientras las llantas de
ón y humo denso, y lleno de gente qu
con sus propios ojos y ahora, cada amarga verdad se estrellaba contra ella, y la cortaba como s
profunda y grave, sacán
ntes piernas estaban enfundadas en un pantalón negro a la medida. Su chaqueta estaba abierta, revelando una camisa
díbula afilada, labios bien formados y unos ojos que parecían v
, se subió en su regazo y jugueteó con su corbata.
susurró Stella con audacia, mientras le
etón en la mirada, añadió: "Con
ando que su dolor se apoderara de ella, pero no podía detenerse. El desconocido la miró con una expresión inescrutable, sin mostrar el más mínimo dese
convertirme en alguien como Haley?', se preguntó, sin
hombre, tratando de recomponerse. Por culpa de Marc, estuvo a
masiado", murmuró, y
n solo trago. No se movió hasta que el hombre se paró y se fue. S
or su parte, Stella, se refugió en
nvestigación. Aunque ya le habían aprobado la participación
nosotros: es superrico, viene de una familia poderosa, y aún está soltero. ¿No te causa ni un poco de curi
ndiferencia y sin el menor interés, mientras
na fuerte reputación, y había visto a muchos h
re comiendo de la palma de tu mano. Apenas comience la investigación, tus registros desaparecerán, así que tu matrimonio con Marc quedará borrado, como si nunca hubiera
eso", respondió Stella, levantando por fin
ento, alguien ll
ue era la hora de dirigirse a la sala de juntas para c
nada Lainey. Acto seguido, agarró a su amiga de la muñec
s", la detuvo Stella, sosteniendo su carp
sus archivos. No levantó la vista hasta que se escuchó una ronda de aplausos en la sala.
ismos labios suaves que se le habían quedado grabados en la mente la no