. Seis semanas. Puse una mano sobre mi vientre aún plano y solo una lágrima caliente se deslizó desde el rabillo de mi ojo
corazón golpeándome contra las costillas. Era Jaden. Estaba parado afuera de una habitación privada, con el brazo alrededor de Hayden, quien sollozaba co
jer resonó por el pasillo: "
osa. "Confía plenamente en mí". Esa descuidada declara
con una ambición desesperada en la voz. "¿Cuándo
ió él, con un tono firme. "Elana
quedó atascado
con voz más suave, llena de lo que parecía cu
ión hacia mí. Por un segundo, nuestras miradas se cruzaron; no había sorpresa en sus ojos, solo
ncontrolables. No quería divorciarse de mí porque se sentía culpable, pero nunca renunciaría a su otra familia. ¿En qué me conve
e: "En la salud y en la enfermedad". Los había pron
ero decididos. Este amor tóxico y fractur
erté una cita para abort
odo se divida por la mitad. Todo lo que me corresponde". Ella se quedó atónita, pues a s
hospital cuando sonó mi celular; era una llam
na. Escucha, esta noche es la gran ceremonia de aniversario de la
s labios. "Está bien", respondí, sintie
léfono, aliviado por mi falta de preg
ción. Él no tenía idea de lo que se avecinaba. Tenía una inquietud, la sensación de que algo precioso se